Fátima Almada, especialista en desarrollo rural, señala que si bien la pandemia ha tenido efectos devastadores para el área rural, especialmente la agricultura familiar, en medio del desastre se vislumbran posibilidades positivas, como la motivación para una profunda reflexión sobre el sistema agroalimentario global y la valorización del papel de la agricultura familiar para asegurar el abastecimiento de alimentos al mercado interno.
Roxana Orantes Córdova
Hace unos días se conoció que el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), realizó un sondeo con agricultores familiares de toda Latinoamérica. Por medio de un funcionario del IICA, Perspectiva logró contactar con Fátima Almada, especialista del equipo técnico del Programa Hemisférico de Desarrollo Territorial y Agricultura Familiar y técnica nacional en Desarrollo Rural Sostenible en la Representación del IICA en Paraguay, quien respondió por escrito a las preguntas de esta entrevista, que se presentan hoy.
Almada es docente de grado y de postgrado de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción. Es ingeniera agrónoma de formación y es Máster en Desarrollo Rural según título otorgado por la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, Porto Alegre, Brasil. Cuenta con publicaciones en los temas de Agricultura Familiar, Ruralidad y Desarrollo Territorial y Situación del Sector Agropecuario en el Paraguay. Sus áreas de interés son: planificación, proyectos de desarrollo, políticas públicas, desarrollo territorial y agricultura familiar.
¿Qué es el IICA y cómo opera en la región?
Es el organismo internacional especializado en agricultura del Sistema Interamericano, cuya misión es estimular, promover y apoyar los esfuerzos de sus 34 Estados Miembros para lograr el desarrollo agrícola y el bienestar rural por medio de la cooperación técnica internacional de excelencia. Trabaja con programas de cooperación técnica, entre los que se menciona al de Desarrollo Territorial y Agricultura Familiar, responsable del sondeo realizado.
¿Cuánto tiempo les tomó hacer el sondeo?
El sondeo desde su diseño, difusión, levantamiento de datos, procesamiento y elaboración del informe de resultados llevó aproximadamente 2 meses.
¿Cómo contactaron a los agricultores y por qué se les califica como referentes de la agricultura familiar?
La identificación y el contacto con las personas que respondieron al sondeo fue realizado a través de las oficinas del IICA distribuidas en las diferentes regiones del hemisferio junto con las contrapartes nacionales como son los Ministerios de Agricultura, buscando un listado de personas con alto involucramiento con el sector agropecuario en general y la agricultura familiar en particular y con amplia visión de contexto. La distribución de vinculación institucional u organizativa de los que respondieron se observa a continuación:

¿Cuáles son los países donde los efectos del COVID-19 son más dramáticos para la agricultura familiar?
Es difícil indicar países más afectados, debido al propio carácter no probabilístico del Sondeo. La variación de las respuestas no nos permite un análisis por país. Ya en el ámbito regional el análisis es más factible. Así, en Centroamérica se ha detectado una percepción de limitaciones en cuenta a la oferta productiva de la AF y su acceso a los mercados. En el Caribe por su parte, al ser una zona de dependencia importante a la importación de alimentos, ha sentido la disminución en términos de acceso a los mismos.
¿Cuáles son las repercusiones más visibles de la pandemia para la economía familiar rural latinoamericana?
El sondeo indicó una incertidumbre sobre el contexto post pandemia sin embargo identificaron los siguientes aspectos clave:
Producción, se destacan el riesgo de una eventual reducción en la oferta de productos debido a dos factores principales: en el plano político, la falta de estrategias gubernamentales, en particular de instrumentos de apoyo crediticios, de servicios virtuales de asesoría técnica y fortalecimiento de capacidades, y de mecanismos de regulación de los precios de los alimentos; y en la dinámica del mercado, la reducción en los precios recibidos por los intermediarios, las restricciones sanitarias y de bioseguridad que afectan la logística de producción y comercialización, y la escasez de insumos agrícolas (semillas, fertilizantes, abonos, etc.), principalmente en los países dependientes de su importación.
En el ámbito de la comercialización se expresan las mayores preocupaciones, en particular asociadas a los efectos de las restricciones sanitarias en el funcionamiento de los mercados y canales de comercialización, así como también sobre la logística y servicios para transportar los productos a los mercados.
Otro aspecto relevante es la reducción de los ingresos agrícolas, en especial de la agricultura familiar, que puede llevar a un empobrecimiento de un significativo segmento de las familias rurales, aspecto que se acrecienta debido a limitaciones en programas para apoyar emprendimientos productivos, de protección social, y para la ampliación del acceso a los servicios públicos del área social.
Así mismo, por el lado de la demanda, las suspensiones de los consumidores por cesación que han habido en los puestos laborales como las restricciones de a las ferias o circuitos cortos, la ausencia de demanda de alimentos en hoteles, restaurantes y en algunos casos por la suspensión de las compras públicas.
¿Qué perspectivas tiene la agricultura familiar post pandemia?
El sondeo arrojó una incertidumbre respecto a perspectivas futuras en un contexto post-pandemia con posibles recrudecimiento de las repercusiones más visibles actualmente caso las medidas impulsadas desde los gobiernos no consigan efectivamente revertir las mismas y lograr la mitigación de efectos negativos y resultados de impacto.
Por otro lado, también demuestra la posibilidad de perspectivas positivas, al colocar en la agenda de los gobiernos nacionales y subnacionales una oportunidad para fortalecer el diseño y la implementación coordinada de políticas gubernamentales innovadoras que promuevan el desarrollo incluyente, sostenible y resiliente del sector agrícola, considerando en especial el fomento de mecanismos de comercialización que contribuyan efectivamente a lograr la seguridad alimentaria y nutricional.
Las personas consultadas apuntaron también algunos aspectos positivos como producto del contexto actual que pueden impulsar cambios en pro de una sociedad más equitativa y un desarrollo sostenible, entre estos:
- La necesidad de promover una profunda reflexión sobre la estructura y organización del sistema agroalimentario global, buscando su reconfiguración, diversificación y sostenibilidad.
- La valorización y el reconocimiento social del papel protagónico de la agricultura familiar para asegurar el abastecimiento de alimentos al mercado interno y la seguridad alimentaria de la población.
- La relevancia de la oferta de alimentos y la estabilidad de las cadenas de suministro para garantizar el funcionamiento de las sociedades.
- La importancia de los canales de comercialización directa, resaltando la incorporación de tecnologías digitales en la comercialización.