¿Qué es lo más valioso para una empresa? Si nos vamos a la idea clásica de negocios, quizá los activos y el capital sean la respuesta. Pero si eres emprendedor, el talento y el equipo de trabajo son lo que le suman valor, pero pocas veces compramos productos y servicios por ello.
Entonces, ¿por qué compramos lo que compramos, especialmente cuando el precio o la facilidad de compra son sólo parte de la decisión? Según el estudio Leading by reputation de Corporate Excellence, las empresas con mejor reputación hacen que 72.3% de sus clientes recomienden sus productos y servicios a sus amigos y familiares, frente al 9.4% de las empresas que tienen una reputación cuestionable. Según el estudio antes mencionado, la buena reputación puede llegar a contabilizar el 80% del valor de los activos intangibles de las empresas.
Construir una reputación para nuestra marca o negocio es algo que hace 40 o 50 años podía lograrse fácilmente gastando millones en publicidad, pero que hoy, con consumidores más informados que pueden comprobar todo lo que les decimos, crear renombre representa un gran reto.
Podemos comprobar que muchas marcas perfectamente consolidadas construyeron su imagen sin apostarle tanto a publicidad y una vez que la gente las ubicaba, recurrieron a anuncios para mantenerse presentes como lo dicen Al y Laura Ries en su libro La caída de la publicidad y el auge de las relaciones públicas. Uber, Airbnb, Starbucks, Funko, Amazon, y Beleki son buenos ejemplos.
¿Cómo construir la reputación?
Debemos comenzar sabiendo en qué consiste. Se entiende como reputación corporativa a la percepción que tienen los grupos de interés de una organización, ya sea un corporativo, empresa o marca.
Estos públicos dependen de la naturaleza de cada negocio y no se limitan únicamente a los clientes sino a todos aquellos grupos que interactúan con nuestra empresa y tienen expectativas de esta: proveedores, empleados, inversionistas, socios, prensa, comunidad, vecinos, sociedad civil y gobierno.
Para generar una percepción positiva de nuestros públicos clave no basta con gastar en anuncios, sino generar auténticas credenciales con ellos: recomendaciones, buenas experiencias y una imagen que sea favorable frente a la competencia. Para ello se deben establecer relaciones a largo plazo con esos públicos en los que ellos se mantienen informados y esa información les permite conocer más de nosotros.
En el mundo del marketing esto se conoce como relaciones públicas.
¿Qué ventajas tienen las relaciones públicas a las pymes y startups?
Uno de los problemas al que nos enfrentamos al emprender es el no contar con un presupuesto de marketing que nos permita contratar anuncios publicitarios en todos los espacios que queremos. El riesgo de apostarle primero a la publicidad es que estaremos presentes mientras paguemos y cuando se acabe el dinero, se acaba la magia.
Por ello, promovernos por otros canales como entrevistas, notas de prensa, videoblogs, sesiones de preguntas y respuestas en transmisiones en vivo, recomendaciones en redes sociales, participación en eventos e iniciativas en pro de la comunidad, además de tener un costo significativamente menor, trae muchas ventajas a las empresas que comienzan:
- Da mayor confianza. A diferencia de la publicidad que son las marcas hablando (bien) de sí mismas, aquí la recomendación viene de terceros, haciéndolo más creíble. Un buen ejemplo de esto son las pruebas de teléfonos que hacen periodistas o youtubers.
- Permite que la gente te conozca más. Las relaciones públicas se fundamentan en la confianza y el contenido relevante. Si el contenido que creas es de interés para tu público, pueden dedicarle unos minutos a leerte, verte en un video o escucharte en radio o podcast sin estar atado a las restricciones de tiempo de un spot publicitario. Proyectos como Se regalan dudas o Cállate y vende han construido una comunidad que les ha permitido buscar otras opciones de negocio.
- Te diferencia de la competencia. En mercados en los que hay muchos competidores, siempre ganará aquel que esté más presente. Casos como el de Baby Yoda nos enseñaron que es importante estar en la mente del público incluso antes de que esté disponible en almacenes.
- Genera oportunidades de negocio. No solamente atrae a clientes sino también a socios de negocio, inversionistas y todo aquel que quiera sumar. Para muestra, un botón: de acuerdo con Nielsen, 2 de cada 3 clientes están dispuestos a pagar más por marcas que perciben como socialmente responsables o comprometidas con el medio ambiente.
- Aumenta la capacidad de respuesta y acción. Ayuda a anticiparse a una crisis, responder de forma más eficiente y pronta a clientes, evitar que una situación de conflicto en el negocio escale hasta convertirse en un problema que les genere pérdidas económicas y mantener una percepción positiva a pesar de las situaciones inesperadas que puedan ocurrir.
- Te permite crear conexiones y alianzas fácilmente. Al momento de buscar construir una red de contactos que te permitan aprender, formar alianzas y crecer, siempre es de ayuda que te ubiquen. Una reputación positiva y que pueda comprobarse con una búsqueda en Google ayuda a generar más oportunidades que aquellas empresas que no le han invertido a su imagen.
- Sus efectos son a largo plazo. A diferencia de la publicidad, que sirve muy bien para comunicar lanzamientos, nuevos productos u ofertas de corta duración, apostarle a las relaciones públicas ayuda a construir una percepción favorable y duradera en nuestras audiencias clave que nos permitan la supervivencia en el negocio.
Como ves, tiene muchas ventajas y lo mejor es que no implica altos presupuestos. Muchos de los casos de éxito que conoces a diario han sabido aprovechar esta herramienta para darse a conocer.
Fuente: Entrepreneur