Aldo Dávila, legislador de izquierda, señaló a varios funcionarios por la tragedia de Villanueva. Llama la atención que el dignatario de la Nación, abiertamente «gay», usó la palabra homosexual como un peyorativo para ofender al presidente Alejandro Giammattei.
Redacción Perspectiva
Aldo Dávila ya es conocido por su impetuosidad y abundancia de adjetivos para descalificar a sus contrarios. Diputado sin partido, es muy probable que no pueda competir en la próxima elección y ello lo impulsa a correr en pos de una nueva organización postulante, junto a algunos tránsfugas de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
En los últimos meses, Dávila ha sido el acompañante permanente de Orlando Blanco, ex funcionario de la UNE que tiene varios señalamientos de presunta corrupción. Ambos dedican mucho tiempo a fiscalizar obras, funcionarios y últimamente, la tragedia de Villanueva.
Hoy, el diputado dio a conocer los nombres de todos los funcionarios que han realizado denuncias en su contra.
En un video de Tik Tok divulgado en su cuenta institucional, el diputado no vacila en referirse a Alejandro Giammattei como: «inútil, incapaz, corrupto y homosexual». Quedó claro que, según el diputado, la homosexualidad (o bisexualidad), es una especie de vicio o desviación que inhabilitaría a los funcionarios para ejercer determinados cargos.
De activista gay a emisor de insultos homofóbicos
Dávila llegó al Congreso precedido por su historial de activista gay. Su celo por la causa LGBT+ era tan inmenso, que lo llevó a presentar una denuncia contra un pastor evangélico que, durante la niñez, molestaba al hoy «padre de la Patria» con insultos de corte homofóbico.
Desde el primer día en el pleno, dejó clara su orientación e inició una serie de intervenciones públicas marcadas por la confrontación y las ofensas verbales, siempre desde su posición como homosexual orgulloso de su estilo de vida. Incluso, dijo a un conocido medio escrito que había tenido relaciones con 150 hombres.
Sin embargo, más de una vez ha demostrado que para él, la condición de homosexual va más allá de un simple trastorno, como consideraba la psiquiatría hace décadas, y es nada menos que un defecto útil para ofender al contendiente.
El abanderado del «orgullo gay» en Guatemala no vaciló en decirle «Felipa» al ministro de Cultura y Deportes, Felipe Aguilar, a quien además calificó de «bestia», lo que le valió una de las solicitudes de antejuicio en su contra.
Hoy, Dávila se superó a sí mismo y entre varios defectos del mandatario, como inútil, incapaz y corrupto, el «primer diputado abiertamente gay» agregó como ofensa: «homosexual». El video es suficientemente claro y muestra cómo la homofobia también puede ser parte de la «identidad LGBT», parte de una «agenda» que se caracteriza especialmente por la doble moral y los múltiples raseros para tasar diferentes personajes, hechos y situaciones.