No es nada nuevo que las startups suelen morir, rápido y feo. Cualesquiera que sean las estadísticas que hayas escuchado, si es la de que 75 por ciento de las startups respaldadas por capital de riesgo mueren, o la del 50 por ciento de los negocios fracasando en menos de 5 años, la conclusión siempre es la misma: Tu startup tiene una probabilidad desfavorable de sobrevivir.
Por supuesto que eso no significa que debas cerrar las puertas hoy mismo y ponerte a contar las pérdidas (aunque tal vez sí). Cada negocio es diferente, y la forma en la que tu startup en particular se desarrollará a lo largo del tiempo depende de algunos factores específicos que están sucediendo en este preciso momento.
Esos factores incluyen la forma en la que tu producto resuena con tu mercado, lo sano de tu retorno de inversión e incluso lo buen líder que eres para adaptarte a las demandas de los mercados cambiantes.
La realidad es que hay momentos en los que lo que más te conviene es cerrar las puertas y decir adiós, para darte el tiempo y la energía de empezar otro negocio más viable y rentable. En palabras de Tim Ferris, “Saber cuándo renunciar a lo que no funciona es fundamental para triunfar”.
Teniendo eso en mente, aquí te dejamos tres señales de que tu startup está en las últimas, señales que tomamos directamente de startups que ya fueron enterradas por sus fundadores.
1. Te estás ahogando en un ROI negativo
En el fondo, los negocios son muy simples. Gastas dinero para ganar dinero. E idealmente, ganas más de lo que gastas. Desafortunadamente, muchos negocios cierran sus puertas por una simple razón: No están teniendo ganancias sanas, y sufrirle al retorno de inversión puede deberse a muchos factores.
En ocasiones, un costo muy elevado de producción y un bajo costo de venta, genera un ROI negativo. En otras ocasiones, las finanzas mal manejadas (contratar a demasiada gente o comprar demasiadas herramientas antes de que fuera realmente necesario) son las que matan al negocio.
Por ejemplo, Airware era una startup que tenía más de $100 millones de dólares de respaldo, y terminó cerrando por gastar demasiado. CB Insights lo explicó así: “Airware servirá como historia de alerta de una startup que gastó demasiado con la esperanza de encontrar un nicho de mercado para su producto. Si hubiera sido más austera, ahorrado dinero y le hubiera dado a sus clientes corporativos más tiempo para descubrir cómo usar sus drones, puede que Airware se hubiera mantenido a flote.”
Anthony Walsh, fundador de la startup de suplementos saludables EcoLife, hizo eco de esta de austeridad. “Desafortunadamente, muchos emprendedores no se dan cuenta de que un negocio necesita tener un retorno de inversión sano desde el inicio” escribió. “Muchos emprendedores creen que es cuestión de tiempo que su negocio empiece a tener éxito. ‘Esperaré’ piensan. Pero si el negocio no te está generando dinero, entonces tienes un problema serio.”
2. Tiendes a generalizar
Construir un negocio que le funcione a todo el mundo es tentador… Entre mayor sea el mercado, mayor es el potencial de ganancia, ¿cierto?
La realidad es que entre más pequeño sea tu nicho, más sencillo será darte a conocer, publicitarte y vender tus productos. No porque tu negocio pueda servirle a varios mercados significa que deba hacerlo, sobre todo al inicio. Es mucho más fácil arrancar una empresa con un nicho pequeño que competir con empresas diez veces más grandes que tú.
Aunque no serías el único en intentarlo… Gowalla, una startup de redes sociales que trabajó incansablemente para encontrar su lugar en 2007, fracasó rápidamente intentando competir con Facebook, que eventualmente compró a Gowalla por $3 millones de dólares, $5 millones menos de lo que habían recaudado para invertir en ella.
En este sentido, Kenny Kline, co-fundador de una empresa en pleno crecimiento, Jakk Media, me dijo que estaba de acuerdo con la idea de un nicho reducido: “Estoy convencido de que hablarle a las audiencias de nicho es una estrategia de negocios bastante sólida.”
3. No estás adaptándote activamente a las nuevas demandas del mercado
Puede que una de las lecciones más importantes de emprendimiento haya sido descrita por Eric Rines en The Lean Startup: “La única forma de ganar es aprendiendo más rápido que todos los demás”.
De hecho, el minuto en el que dejas de aprender se correlaciona directamente con el momento en que tu negocio empieza a fallar. Tomemos como ejemplo a Bluckbuster, una compañía masca que fracasó de la noche a la mañana. La razón fue que Bluckbuster no se adaptó a las demandas de su mercado. Mientras que Netflix y Redbox (startups pequeñas, pero con una gran capacidad de reacción) encontraron su lugar en un mercado que buscaba conveniencia y comodidad, Bluckbuster se quedó obsoleto. Y lo que es peor, la empresa no hizo nada al respecto
El mercado va a cambiar y tu necesitas construir un negocio que se adapte rápidamente. Si no lo haces, sobrevivirás solo hasta que una nueva y mejorada versión de tu negocio le ofrezca al mercado lo que realmente quiere.
Comprométete con la supervivencia
No es fácil abandonar el barco cuando has invertido tanto dinero y tiempo en construir tu startup, y no necesitas hacerlo. Primero, intenta arreglar tu negocio. Construye un retorno de inversión más sano, encuentra un nicho reducido en el que operar y pregunta “¿Qué tan alto?” Cuando el mercado diga “brinca”.
Si nada de eso funciona, y te encuentras atrapado en una tormenta que no parece tener fin, entonces puede que tus esfuerzos encuentren un mejor lugar contrayendo un nuevo negocio que sí funcione, para ti y para el mercado.
Fuente: Entrepreneur