No hay excusa para que los procesos de gobierno no estén cien por ciento digitalizados; se tienen una ley clara, recursos y capacidades para poder llevar a cabo planes concretos que permitan la ejecución de programas de digitalización en todos los ministerios. Sin embargo, dada la limitada atención que se le dio al tema durante mucho tiempo, hoy varios ministerios están atrasados.
Por Juan Carlos Zapata
Registros del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social tienen serios problemas que están comenzando a afectar la economía, no solo en materia de productos farmacéuticos, sino también alimentarios. Algunos, en el caso de productos farmacéuticos, podrían empezar a generarle serios problemas a la misma salud de la población, cuando se empiece a ver la escasez de productos e inventarios en el mercado de medicinas, vacunas e incluso repelentes, ahora que empezó a llover.
Sabemos que, desde que se aprobó la ley antitrámites, se prohibía a las instituciones poder cobrar por registros en procesos que no estuvieran digitalizados. Como el Ministerio de Salud le ha puesto poca atención y prioridad realmente al pago en línea, para registros sanitarios, lo previsible fue que tuvieron que dejar de cobrar y ahora la presa de registros es inmensa.
La digitalización en salud debería ser una meta presidencial.
Estamos en una situación muy complicada, que amerita la atención del presidente y una coordinación muy cercana entre el Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Salud, para generar los recursos y la voluntad política necesaria que permita no solo buscar mecanismos administrativos internos que aceleren los registros de productos, que llevan años en el mercado guatemalteco, sino además implementar los proyectos que permitan tener la tecnología, sistemas y personal capacitado para acelerar la implementación de pagos en línea.
Debería ser una meta presidencial acelerar la digitalización de los registros de productos farmacéuticos y afines, así como de alimentos, y dejar por un lado los famosos formularios en PDF, que solo fue poner en digital lo que antes se tenía que llenar en papel, a realmente tener los formularios y las plataformas para poder hacer directamente los pagos en sistemas automatizados en línea.
Hay casos concretos que pueden empezar a generarle una crisis sanitaria al país cuando vemos los atrasos en medicinas, vacunas o ahora, que empieza el invierno, repelentes para mosquitos. Viendo un caso de repelentes, vemos cómo, antes de que dejaran de cobrar, tardaba entre uno y tres meses como máximo el proceso de aprobación de licencias sanitarias en la categoría de productos higiénicos. Ahora, están tardando entre seis y 10 meses, aproximadamente.
En el caso de los repelentes, si en el mercado empieza a haber desabastecimiento por los cuellos de botella para otorgar registros, esto puede llevar a brotes de dengue o zika en el país, generando un mayor impacto de sobrecarga en el sistema de Salud y consecuencias económicas y sociales negativas, debido al ausentismo laboral ocasionado por la falta de medicamentos.
Por ello, es importante que el ministro de Salud tome este tema como prioridad, y que se expidan los registros actualmente en revisión, permitiendo el uso de antiguas pruebas en animales, en lugar de realizar nuevas. Esto ayudaría a acelerar el proceso de registro, por ejemplo, para productos que llevan años en el mercado. Además, si se sustituyen los requisitos por la aceptación de metodologías alternativas reconocidas internacionalmente, que sean éticas y confiables, también será de mucho provecho. El momento de actuar es ahora.