Por Ivan Buitron
No nos deja de impresionar el descaro y la defensa a ultranza de prácticas de corrupción y del modelo de la política clientelar, que sacrifica el desarrollo del país y malgasta el presupuesto que con tanto sacrificio se logra a través de quiénes si pagan impuestos. Se malgastan los préstamos al país, que por mal ejecutados se convierten en deuda externa sin que se hayan cumplido los objetivos para los que fueron gestionados y que tenemos que pagar todos los ciudadanos. Impuestos y préstamos que terminan subsidiando y enriqueciendo a los corruptos a vista y observación complaciente de contralores, fiscales y jueces.
También nos impresiona el descaro y el cinismo para hablar de Dios, de valores, de la lucha anticorrupción de los propios corruptos que día a día están saqueando las arcas del Estado. El mayor impacto que esto ocasiona tiene que ver con la pérdida acelerada de valores, situación peligrosa y cuyos efectos son muy difíciles de revertir en el corto y mediano plazo.
A pesar de esto existe una Guatemala que sigue luchando y trabajando el día a día por lograr cambios, innovaciones y generación de nuevos modelos para lograr un desarrollo digno y sostenible para todos.
Los obstáculos son muy grandes. En muchos sectores no se están tomando en cuenta las lecciones aprendidas que nos han llevado a la lamentable situación por la que hoy atraviesa el país. Para generar cambios es de suma importancia no seguir cometiendo los mismos errores. El atrincheramiento de todos los sectores, defendiendo a ultranza “supuestas” posiciones ideológicas, totalmente distorsionadas y acomodadas a conveniencia, no nos permite renovar propuestas, ver futuro y construir un mejor país.
El estado y su institucionalidad se encuentra en uno de momentos más débiles de su historia. Un sistema de EDUCACION está cooptado por la política clientelar, nos ha conducido a sacrificar cobertura y calidad, con resultados nefastos para el desarrollo de las futuras generaciones. Un pueblo sin educación de calidad no tiene futuro. Prioridad. Reconversión del sistema de educación nacional, infraestructura y conocimiento en base a los retos del futuro, acceso a información, tecnología y demanda de conocimientos para la generación de empleo sostenible. Eliminar sindicatos corruptos y pactos colectivos que se convierten en los principales factores que no permiten el cambio.
Sin embargo, uno de los principales problemas es la falta de liderazgos claros en la necesidad de priorizar una visión de desarrollo país. Los diferentes sectores no han logrado visualizar que se requieren líderes que pueden llevarnos hacia un diálogo, que nos lleven a la concertación y que nos obliguen a propiciar una agenda país.
Si seguimos como estamos, ningún sector productivo podrá continuar generando oportunidades de desarrollo económico ante la inviabilidad de la situación actual. Con los problemas antes mencionados ningún sector puede tener un futuro exitoso. La falta de acceso a educación y salud no permite a la población acceder a un empleo, a lograr oportunidades de generación de ingresos, ocasiona la fractura del tejido social, descomposición social, indicadores lamentables de desarrollo humano, conflictividad y escasas condiciones de competitividad. Las inversiones no llegan, escasean las fuentes de trabajo y sigue creciendo la espiral de pobreza.
La buena noticia es que Guatemala tiene todas las condiciones para ser un país rico y exitoso. Por supuesto, esto requiere de un urgente cambio en la política clientelar y de saqueo del Estado. Necesitamos un Estado que promueva y apoye el desarrollo, que fortalezca sus instituciones, con una ley de servicio civil que asegure la calidad y las inversiones estratégicas de infraestructura que se requieren de urgencia.
Si a un sector le va mal, nos va mal a todos. Si le va mal al sector privado este país se cae, si le va mal al gobierno como hasta ahora las consecuencias están claras, si la sociedad civil sigue tan polarizada nos va mal a todos, estamos viviendo las consecuencias del caos, del desorden que le sirve a las mafias y a los corruptos que tienen cooptado al gobierno.
La inmadurez y los EGOS de muchos liderazgos, todos atrincherados sin pensar en el futuro de sus próximas generaciones, nos están llevando al abismo. Apoyemos el diálogo y la construcción de una agenda prioritaria para el país que disminuyan las inequidades y nos permitan lograr una vida digna y de calidad para todos.