El 6 de febrero, un devastador terremoto azotó Turquía y Siria, el número de víctimas llega a 33,179, de las cuales 29,605 corresponden a Turquía y 3,574 a Siria. Sin embargo, autoridades internacionales advierten que la cifra final podría ser dos veces mayor.
Redacción Perspectiva
Tras seis días del terremoto en Turquía y Siria, representantes de la ONU, alertan sobre el alto número de fallecidos.
«Es realmente difícil estimar de forma muy precisa, porque tienes que llegar debajo de los escombros, pero estoy seguro que se va a duplicar o más», dijo el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths.
Las tarea de los socorristas es sumamente complicada debido al fuerte invierno. Un aproximado de 870.000 personas precisan urgentemente comida y, en Siria, 5,3 millones se quedaron sin casa, según la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Ante la situación, el Programa Mundial de Alimentos pidió u$s77 millones para aportar raciones de comida a al menos 590.000 personas. La tensión en la zona fronteriza, una de las más afectadas por el terremoto debe liderar además con los militantes kurdos y rebeldes sirios, para que permitan el acceso humanitario.
El presidente de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, espera el permiso para enviar ayuda mediante el paso fronterizo entre Turquía y las zonas sirias donde se encuentran los rebeldes.
«Estoy esperando para cruzar las líneas hacia el noroeste, donde nos han dicho que el impacto es aún peor», aseguró el director del organismo sanitario.
