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En el Salón del Pueblo se observaba a los vecinos de Sipacate grabando con su celular la sesión que se transmitía en el pequeño televisor. Adentro, en el palco para visitantes, dos hombres se mantenían de pie listos con la bandera de Sipacate extendida para alzarla en el momento en que finalmente los diputados votaran para elevarlo a categoría de municipio.
Las ilusiones de los pobladores eran muchas y es que, desde la sesión anterior, los diputados habían manifestado su interés en que Sipacate y Petatán dejaran de ser aldeas. Incluso el día de ayer diputados del PP y LIDER colocaron en sus curules playeras para manifestar el compromiso con Sipacate, pero todo quedó allí».
La sesión del día de ayer tuvo pocos contratiempos y parecía haber acuerdos respecto a la agenda a tratar. Una de las pocas intervenciones fue la de Mario Taracena que, secundado por Nineth Montenegro logró que se modificara el orden del día para incluir la aprobación en tercera lectura de las reformas a la Ley de Contrataciones del Estado.
Pero llegar allí requería pasar por la creación del municipio de Sipacate, el cual fue declarado de urgencia y aprobó en un primer debate. Pero cuando empezó a conocerse el proyecto de decreto final, diputados de UNE, PP y LIDER empezaron a abandonar el hemiciclo. Era notorio que el quórum había disminuido y fue por ello que, cuando la lectura del proyecto de decreto había terminado y tocaba votar, Arístides Crespo pidió que se revisara el tablero se pusiera en cero para constatar cuantos diputados habían presentes. Apenas había 86 cuando lo necesario eran 115. Los vecinos, quedaron vestidos y alborotados.
De poco sirvió que en medio de la lectura del proyecto de decreto se votara a favor de declarar sesión permanente. Los diputados igual se fueron. Ahora, no podrán cambiar la agenda hasta que se agoten todos los puntos pero, a decir de diversas fuentes, en las siguientes semanas se verán más escenarios como estos en los que, una aprobación que pareciera ser fácil de alcanzar, se ralentiza en espera de ganar tiempo para que temas como la Ley de Contrataciones o el Presupuesto, sean conocidos hasta que se sepa quién ganó la segunda vuelta por la presidencia.
