Con toques de bocina y cacerola, salvadoreños de cuatro localidades mostraron su descontento las noches de martes y miércoles. Las protestas responden al manejo oficial de la emergencia por COVID-19.
Redacción Perspectiva
Una de las protestas se realizó cerca de la Residencia Presidencial, a lo cual el mandatario Nayib Bukele reaccionó al afirmar que en el lugar no estaban él ni su familia sino personal de salud que descansa en esa residencia.
Desde el martes, se acuñó la frase “protesta de ricos” para definirse al descontento por el manejo de la pandemia en El Salvador, en alusión al desacuerdo entre sectores empresariales, académicos y el órgano gubernamental para atender la pandemia.
Bukele y sus partidarios aseguran que la protesta no representa al pueblo, sino a la élite que “exige la apertura de sus empresas aunque expongan la vida de sus empleados”.
Por su parte, el vicepresidente de la Red de Jóvenes Iberoamericanos tuiteó: “El Salvador comienza a organizarse en una cuarentena. Anoten la fecha 12 de mayo como un posible hito histórico en una sociedad que por años ha sido apática a las protestas”.
