Gustavo Petro, a pocos días de alcanzar la presidencia de Colombia, propuso despenalizar la cocaína y que la droga quede bajo el control estatal. La propuesta tendría un arduo camino para ser aprobada por el Congreso, además de la urticaria que despierta en EE.UU.
Redacción Perspectiva
Petro nuevamente da de que hablar a la prensa internacional, luego de que propuso públicamente «terminar con la prohibición y lanzar un mercado de cocaína regulado por el Estado». El ex líder guerrillero también pretende realizar alianzas con otros gobiernos de izquierda sudamericanos, para regionalizar la propuesta.
Petro no tiene todo a su favor para lograr la despenalización
En primer lugar, Colombia es conocido como el mayor aliado antidrogas de los Estados Unidos en América Latina, además de ser un país conservador. Y aunque varios funcionarios de EE.UU. enfatizan en la soberanía de Colombia, difícilmente accederán a que esta despenalice una droga que el último año causó más de 25 mil muertes en EE.UU.
Por otra parte, se iniciaría un camino tortuoso en el Congreso, donde las posiciones seguramente serán muy antagónicas. En el contexto internacional, el debate podría ser mucho más polémico, por lo que los sueños de Petro y otros mandatarios izquierdistas del cono Sur, podrían quedar relegados.
Hace una semana, una delegación estadounidense, encabezada por el subsecretario de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley INL, Todd Robinson, entregó US$2 millones a la policía colombiana, que se suman a US$8 millones donados hace seis meses, indican medios de Colombia.