Durante los últimos dos días Julian Assange ha librado su última batalla ante los tribunales británicos para frenar su extradición a Estados Unidos, en donde podría enfrentar una condena de 175 años de prisión por 17 delitos espionaje, conspiración y fraude informático, al ser fundador de “WikiLeaks”, plataforma en donde se difundió información clasificada del Departamento de Estado y de las guerras de Irak y Afganistán.
Redacción Perspectiva
Según documentaron medios internacionales, un alto tribunal deberá decidir, posiblemente esta misma semana, si Assange tiene capacidad de recurrir la orden de extradición emitida en junio del 2022 por la entonces secretaria de Interior Priti Patel.
También se conoció que, el abogado de Assange, Edward Fitzgerald, ha recalcado la «motivación política» del caso y ha advertido de que el fundador de WikiLeaks se enfrenta a «una flagrante negación de la justicia» si es extraditado a Estados Unidos. «En realidad, mi cliente está siendo procesado por una habitual práctica periodística: la publicación de información clasificada veraz y de interés público», recalcó Fitzgerald, con mención especial a los documentos e imágenes de las guerras de Irak y Afganistán.
En tanto, Stella Morris, abogada y esposa de Assange, llegó a los tribunales acompañada por el actual director de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson. «Por favor, seguid mostrando vuestro apoyo a Julian hasta que logremos su libertad», dijo ante decenas de manifestantes que proclamaron a gritos: «Solo hay una decisión: no a la extradición».
El propio Assange comparecerá por videoconferencia a la vista desde la prisión de Belmarsh, donde espera una decisión final sobre su caso desde que fue detenido en la embajada ecuatoriana en Londres en abril del 2019, tras siete años de encierro para evitar la extradición.
«La decisión del tribunal decidirá esencialmente si Julian vive o muere», declaró Morris, quien advirtió que la extradición equivaldría a la pena de muerte, dada la frágil salud del activista australiano de 52 años y las severas condiciones de aislamientos en las prisiones norteamericanas.
Cabe mencionar que si Assange perdiera la capacidad de apelar, el último recurso de sus abogados sería una interpelación ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que intervino para detener la deportación de inmigrantes a Ruanda.