Cada 30 de noviembre, en Guatemala se celebra el Día del Periodista, que evoca la aparición de la “Gazeta de Goatemala” en 1729. A partir de esta fecha, nacieron cientos de personajes dedicados a transmitir sucesos como testigos claves de la historia.
Redacción Perspectiva
Este 30 de noviembre se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre la vocación y oficio del periodista en Guatemala.
Pesé a las transformaciones que experimenta la profesión ante las nuevas modas cada vez más orientadas al mundo digital, que se caracteriza por la inmediatez. Los retos del periodismo no pueden tomarse a la ligera.
Sin embargo, hay un factor que no podemos dejar pasar, el interés por lo novedoso, es parte de la naturaleza humana. Así como la necesidad de estar informados y conocer más sobre el mundo que nos rodea, seguirá presente en la vida cotidiana.
En ese sentido el “periodismo y periodista” no desaparecerán. Aunque, las formas de presentar la información cambien, el oficio continuará presente sin lugar a dudas.
Informar, desinformar y entretener
En los últimos años, proliferan las campañas de noticias falsas online, disminuyen las investigaciones periodísticas y la función de entretener cobra relevancia.
Por su parte, la presidenta de la Cámara Guatemalteca de Periodismo (CGP), Elsie Sierra se refirió al asumir el cargo a los retos actuales del periodismo. «El periodismo esta atravesando un momento muy complicado en América Latina y el mundo, los medios se reducen en número y tamaño. Y se ha intensificado el activismo, disfrazado de periodismo,» indicó Sierra.
De acuerdo con un artículo publicado en El Mundo, un informe reciente presentado en el Foro para la Información y Democracia pide a los Estados involucrarse para apoyar el periodismo.
La intención de la propuesta es que en los próximos 10 años surjan proyectos innovadores y de calidad sin arriesgar la independencia de los medios.
Una mirada alentadora para el periodista
Pese a los riesgos de la desinformación y los cambios que experimentamos en el mundo. Existen elementos que nos permiten confiar en esta profesión, como la verificación, la verosimilitud y especialmente una ética.
Y aunque no sabemos de forma exacta qué perdurará y que desaparecerá, podemos destacar como un aspecto positivo el resurgimiento de un lector exigente que advierte el riesgo de las falsas noticias.