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viernes, agosto 15, 2025

Eta deja desolación a su paso por Guatemala

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La noche del viernes se conoció que el huracán devenido en depresión tropical Eta, ya no constituye un peligro para Guatemala. Sin embargo, las secuelas de su paso son devastadoras, para las familias que lloran a las víctimas y para los agricultores que han perdido la segunda cosecha de sus cultivos, en un contexto en que la desnutrición aguda es un flagelo en el interior, debido a la crisis económica provocada por el COVID-19.

Roxana Orantes Córdova

La magnitud del desastre no ha sido cuantificada, pero hay más de cien fallecidos, centenares de desaparecidos y pérdidas materiales que podrían incidir de forma muy dramática en las condiciones ya depauperadas de la población rural, que este año vivió limitaciones extremas debido a las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19.

Según datos de prensa, más de seis mil familias perdieron sus cultivos a causa de la depresión tropical Eta, pero esta cifra podría incrementarse cuando concluya la emergencia y llegue el momento de cuantificar los daños del desastre.

El ministro de agricultura, José Ángel López, declaró: “Tenemos un centro de información estratégica que recaba los daños en la agricultura. Hemos desplazado a los extensionistas del MAGA; sin embargo, hay zonas donde debemos esperar, pues el acceso aún es complicado”.

El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), dio a conocer que los más afectados son 15 municipios en Alta Verapaz, Quiché, Izabal, Chiquimula y Jalapa. Según esta fuente, “los productores han perdido sus siembras de la segunda cosecha del año en cultivos de maíz, frijol, arroz, chile, tomate, banano, plátano y cardamomo, que equivalen a 3 mil 100 hectáreas”.

Además, el MAGA aseguró que están “trabajando en un plan de respuesta a las familias afectadas”. Por el momento, el gobierno ha iniciado distribución de víveres en las zonas más dañadas.

Según la CONRED, hay 4,812 albergados cuyas viviendas fueron dañadas por las lluvias en 59 albergues de esa dependencia. Además, particulares, iglesias y hasta hoteles han ofrecido alojar a quienes sufren los efectos de la depresión tropical.

El apoyo también surge de la iniciativa privada y países amigos. La Fundación Castillo Córdova proveyó 22 mil raciones de alimentos y el embajador estadounidense, William Popp, señaló:

 “Lamento profundamente la pérdida de vidas y la destrucción causada x la depresión tropical Eta. Con la autoridad que me otorga el gobierno de EEUU, anuncio la liberación de fondos para brindar asistencia humanitaria a los guatemaltecos más afectados por este desastre”.

Entretanto, el presidente Alejandro Giammattei solicitó aval para utilizar en el desastre los Q122 millones incautados recientemente por la FECI, lo que podría ser casi imposible debido a la normativa de Extinción de Dominio. Esto, y el manejo que se dé al tema desde el Estado, podrían motivar cuestionamientos contra el gobierno, como ya sucedió en situaciones similares, cuando los fondos para atender a damnificados por desastres, tuvieron mal uso y agravaron las tragedias.


 

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