El pasado jueves, la Fundación Proyecto de Vida, en alianza con el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), presento la propuesta ¡Pongámosle Turbo a la Educación! Donde se abordan temas como la inversión por país en educación, la necesidad de fomentar la tecnología y atender el riesgo de abandono escolar, incrementado por la pandemia.
Redacción Perspectiva
La propuesta fue presentada por el consultor Luis Adolfo García, y comentada por el profesor Juan Pablo Paz, el doctor Álvaro Fortín de UNICEF y la ingeniera María del Carmen Aceña, exministra de educación.
Según informa el CIEN, “La educación en Guatemala tiene grandes desafíos en todos los sectores y niveles educativos. La cobertura sigue siendo baja y muchos jóvenes se encuentran fuera del sistema. En términos de calidad, hay deficiencias en el aprendizaje de la lectura y matemática alrededor de factores asociados al mismo (condiciones socioeconómicas, jóvenes que trabajan, repitencia, idioma materno y acceso a la tecnología)”.
Aunque el financiamiento en educación ha crecido en los últimos años, la mayor parte de esos fondos se destina a gastos de funcionamiento, señala el centro de investigaciones, que agrega:
“Frente a los cambios en la tecnología y las competencias del Siglo XXI, se presenta un gran reto. Desde los años 70 y en especial desde los 90, las Tecnologías de la Información y la Comunicación han avanzado aceleradamente. En el mundo, aproximadamente 4.8 mil millones de personas tienen acceso a Internet (62% de la población total). Sin embargo, en países latinoamericanos este porcentaje es menor y en Guatemala se sitúa por debajo del 40%.”
Los países más avanzados en educación han invertido en computadoras y conectividad en su educación pública. Si bien la tecnología por sí sola no aumenta el aprendizaje, influye tener docentes capacitados y acceso a la información.
Las carencias en tecnología se evidenciaron con la emergencia causada por la pandemia, que provocó la suspensión de clases presenciales en más de 190 países y afectó a más de 1,200 millones de estudiantes, especialmente los que habitan en áreas remotas y sin acceso a la comunicación virtual, señala el CIEN.
Ahora, se ha acrecentado el riesgo de abandono escolar y los vacíos en la adquisición de habilidades y competencias, lo cual requiere acciones inmediatas y Guatemala no es la excepción. Previo a la pandemia actual, se realizaron esfuerzos de parte del Ministerio de Educación por llevar tecnología a las aulas y capacitación docente, sobre todo en 2004 con las Escuelas Demostrativas del Futuro; en 2007 con Abriendo Futuro y en 2018 con la Estrategia 360 grados. En los mismos años y otros, se ha recibido también el apoyo en alianzas estratégicas con el sector privado y organismos nacionales e internacionales. A pesar de ello, estos esfuerzos han sido escasos y más aún, poco efectivos en lo referente a conectividad.
El conversatorio concluyó que “la tecnología sigue su cauce y no se detendrá. El futuro de los niños, adolescentes y jóvenes está en juego y no se debe dar ni un paso atrás. Urgen políticas donde se propicie el desarrollo de las competencias, habilidades y destrezas de los estudiantes para el Siglo XXI, con el uso de la tecnología y conectividad. El docente debe ser un mentor donde el estudiante sea el protagonista de su propio aprendizaje y autonomía. La nueva propuesta se enfoca en un modelo educativo que permita a los estudiantes adquirir y desarrollar las habilidades para el porvenir”.
Es importante una intervención considerable de recursos en alianzas estratégicas en donde se forme y certifique a docentes en mentoría tecnológica; facilitación de contenidos digitales; equipamiento tecnológico y conectividad. Todo lo anterior, plantea la necesidad de buscar una solución a largo plazo para transformar la educación en Guatemala, concluye el CIEN.