Como una reedición de la campaña electoral 2015, los personajes centrales de entonces reaparecen, ocupando el protagonismo en un debate prácticamente inexistente y donde su visibilidad opaca a otros muchos que también buscan hacerse de la Presidencia o, por lo menos, obtener un par de bancadas.
Roxana Orantes Córdova
Aunque el “despertar ciudadano” de 2015 se promocionó como un momento de “indignación hacia el sistema político de Guatemala”, 2023 parece una secuela de aquella elección, cuando Zury Ríos, Sandra Torres y Manuel Baldizón fueron los nombres dominantes en la campaña electoral.
Ocho partidos habían recibido sus credenciales esta mañana: Todos, Azul, Vamos, Valor-Unionista, Partido Republicano, Partido de Integración Nacional, Cabal y Humanista.
Este panorama se complementó hoy, cuando una radio dio a conocer que el binomio de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), recibió credenciales. Sandra Torres, la aspirante a la presidencia, dijo: “ha costado lágrimas, sudor y sangre llegar hasta acá”.
Cabe mencionar que el vicepresidenciable del partido verde, Romeo Guerra, fue pastor protestante hasta hace poco, cuando renunció para postularse, en una acción que sus críticos comparan con el divorcio de Sandra Torres en 2011, calificado como una maniobra para poder inscribirse.
La acreditación del binomio UNE seguramente dará mucho de qué hablar, ya que Guerra se identifica como pastor y ha publicado más de un video donde expone sus prédicas. Aunque varios abogados ya señalaron que los ministros de culto tienen prohibición constitucional para postularse, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), eligió creerle a la iglesia Misión Cristiana Sion, ya que el presidente de la Junta directiva de dicha iglesia, afirmó que Guerra “no ejerce como ministro de culto”.
Cabe acotar que más de un magistrado del TSE ha sido mencionado como afín a Sandra Torres.
La inmensa mayoría de los que competirán en la elección, son veteranos en la política o el Estado. Entre ellos, el diputado Manuel Conde, presidenciable del oficialismo, quien hasta el momento es diputado por el PAN, o Edmond Mulet, quien fue diputado durante 12 años y presidió el Congreso en los 90s.
Entre quienes buscan ser electos en cualquier puesto de elección popular, miles aspiran a ser diputados y entre ellos, el ex presidente Alfonso Portillo, quien luego de seis intentos, finalmente representará a VIVA, donde seguramente su ex esposa Evelyn Morataya será reelecta.
¿El tiempo se detuvo en 2015?
Zury Ríos, quien para 2015 era presidenciable de VIVA, tuvo alguna dificultad para inscribir su binomio, y finalmente quedó en quinto lugar, superada con la inédita candidatura de Jimmy Morales, quien fue percibido por “tirios y troyanos” como un candidato novel en la política, aunque ya tenía algún recorrido.
En 2015, Sandra Torres quedó en segundo lugar, apelando a su discurso explosivo y populista que le gana miles de adeptos. En el registro de organizaciones políticas del TSE consta que la UNE es el partido con más afiliados (poco más de 80 mil en todo el país).
El tercer actor que retorna desde 2015 es Manuel Baldizón, se retiró de LIDER en septiembre de ese año, argumentando que hubo irregularidades. Lo visible fue la campaña “No te toca”, que demeritó su “marca” trabajada laboriosamente durante varios años.
Obviamente, luego de los problemas legales y la condena que Baldizón purgó en Estados Unidos, difícilmente podría presentarse como presidenciable en esta elección.
Sin embargo, el partido fundado por sus hijos, de nombre Cambio, seguramente logrará acreditar a su binomio y lo postuló para diputado en lista nacional, lo que implica que Baldizón tendrá casi tanta exposición pública como Ríos y Torres, superando a muchos de los otros presidenciables quienes muchas veces concluyen la campaña sin ser identificados por la mayoría de ciudadanos.