La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró el estado de emergencia local e impuso un toque de queda nocturno en el centro de la ciudad el martes, tras varios días de protestas y disturbios en respuesta a las redadas migratorias ordenadas por el presidente Donald Trump.
Redacción Perspectiva
El toque de queda estará vigente de 8 p. m. a 6 a. m., hora del Pacífico. “Prevemos que durará varios días”, declaró Bass. La medida cubrió un área de una milla cuadrada y es probable que se repita en los próximos días dada la persistente inestabilidad, según explicó Bass. La policía de Los Ángeles informó que al menos 197 personas fueron arrestadas tras el inicio del toque de queda parcial. Aunque la alcaldesa señaló que los disturbios no representan una crisis generalizada, sí han causado «daños significativos» en la zona afectada.
El jefe de la Policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, respaldó la decisión del toque de queda, advirtiendo que quienes lo violen serán arrestados, exceptuando residentes, medios acreditados, trabajadores esenciales y personas sin hogar.
RESTORE LAW AND ORDER NOW!
ICE Tip Line: 866-DHS-2-ICE pic.twitter.com/rKaiCjTzIT
— Homeland Security (@DHSgov) June 11, 2025
«No se trata de silenciar voces, sino de salvar vidas y proteger la propiedad», afirmó McDonnell, destacando una «escalada preocupante de comportamientos ilegales y peligrosos» desde el sábado, con un aumento en el número de arrestos cada día. Bass reiteró su llamado al presidente Trump para que detenga las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), argumentando que el miedo entre los inmigrantes afecta la economía local.
Trump, sin embargo, no ha mostrado intención de retroceder. En un discurso, calificó a los manifestantes de «animales» y «enemigos extranjeros», prometiendo «liberar» Los Ángeles. El gobernador de California, Gavin Newsom, también se pronunció, advirtiendo sobre la presencia de personas violentas y criticando el despliegue de 4,000 efectivos de la Guardia Nacional ordenado por Trump, calificándolo como un ataque a la democracia.
Newsom hizo un llamado a la protesta pacífica, pero advirtió que aquellos que inciten a la violencia serán responsabilizados. También criticó el silencio de los líderes republicanos ante las decisiones de Trump, afirmando que «California seguirá luchando».
