Enrique Lacs es un economista y docente guatemalteco experto en temas de comercio internacional y negociaciones, entre otros. Actualmente, Director Ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas, conversó con Perspectiva sobre la posición y propuestas de esa gremial ante la crisis derivada del COVD-19 que afecta a Guatemala.
Roxana Orantes Córdova
¿Cómo ha afectado la epidemia al sector?
El sector de alimentos y Bebidas (A&B) es uno de los pocos considerados esenciales, por lo que no ha tenido restricciones gubernamentales estrictas. Ha mantenido su actividad de forma constante pero atendiendo fuertes medidas sanitarias preventivas.
No obstante se han tenido que afrontar los retos sanitarios, laborales, logísticos y económicos, para mantener el abastecimiento.
Diversidad de productos alimenticios experimentaron un pico de ventas, por el pánico del consumidor en las primeras semanas lo cual se ha estabilizado en este momento. En otros casos más dramáticos se han perdido ventas de forma sustancial porque sus clientes, tales como restaurantes, hoteles y centros de consumo, están cerrados o porque el consumidor cambio su prioridad y compra lo esencial.
Además se ha tenido que incurrir en nuevos gastos para mantener al personal de la empresa en condiciones de protección sanitaria y reforzar los protocolos de fabricación.
Se han experimentado dificultades en la circulación del transporte, ya que algunas comunidades han cerrado o restringido entradas y salidas. Esto se está solucionando y esperamos llegar con nuestros productos a todo el país.
El sector ha experimentado retrasos en el suministro de insumos y materias primas importadas y aunque las cadenas de suministros internacionales no se han interrumpido, no podemos descartar dificultades y en algunos casos oferta restringida y nuevos precios.
Esto es una de las razones por las que la CGAB ha planteado la estructuración y fortalecer las cadenas alimenticias nacionales.
¿Qué propuestas tienen para reactivar la economía?
La CGAB ha planteado públicamente a inicios de marzo, un Plan de Rescate Económico y Social de Corto Plazo que se resume en 11 puntos, y otros 8 puntos que respaldamos del plan que presentará el gobierno a principios de esta crisis.
Entre las propuestas estaban reforzar los programas contra el hambre y la desnutrición, la alimentación escolar, reducir el costo de la canasta básica, además prever diferimiento del pago de impuestos por un cuatrimestre, diferir el pago de la energía eléctrica por un trimestre, un mecanismo ágil para que el estado realice las compras de emergencia, reforzar el combate al contrabando, amnistía en el pago de la mora del IUSI.
Además propusimos algunas que podrían reforzar la sostenibilidad de la economía, como estructurar la cadena productiva alimenticia nacional, aprobar la ley de zonas francas y una nueva ley de contrabando.
El primer paquete de ayuda es muy completo pero a nuestro parecer insuficiente para salvar la crisis económica y social que se prolongará por muchos meses después de la cuarentena, estamos consientes del problema de la disponibilidad de recursos, del déficit fiscal y otros riesgos macroeconómicos y sociales previsibles si el gasto de estos programas aprobados no se administra con transparencia y oportunamente.
De no administrarse adecuadamente el primer paquete y de todas formas siendo insuficiente se prevé la necesidad de un segundo paquete de soluciones para estimular la economía y evitar una crisis humanitaria, por eso hemos públicamente propuesto que se deberá considerar reducir el gasto publico de funcionamiento, aumentar la inversión pública, estimular la inversión y la generación de empleo, mas aportes directos al ingreso familiar, observar una política monetaria “flexible”, promoción comercial internacional vigorosa, y desde luego mantener las condiciones de prevención sanitaria para evitar un rebrote de contagios que obliguen a nuevas medidas de cuarentena.
¿Tienen datos de: desempleo, quiebras y otras consecuencias en el sector?
El sector ha mantenido su actividad durante la cuarentena, por lo que está en la zona de menor riesgo económico. Por el momento no hay despidos sustanciales, ni quiebras esperadas, aunque si cierta vulnerabilidad en unas actividades del sector más que en otras.
Entre los mayores riesgos están: un aumento del contrabando en las últimas semanas en parte impulsado por la devaluación de peso mexicano, un nuevo pico de trasiego ilícito se ha experimentado en los víveres que están altamente demandados en este momento, una interrupción del suministro internacional y nacional de insumos y materias primas y algunos problemas con las exportaciones por las condiciones de nuestros clientes extranjeros.
¿Hay tendencia de cambios en el consumo?
El consumo ya experimentó un cambio. Por segmentación, las personas con cierto nivel de ingresos siguen comprando lo básico de la despensa familiar, otros segmentos con más capacidad han orientado su prioridad de compra a lo esencial de sus necesidades; con esto tenemos al 98% de la población. Luego un cierto público urbano está haciendo las compras por internet, lo que ha restringido la presencia ante la góndola o en la tienda, racionalizando las compras en general.
Lo que aún no podemos determinar es si este será un cambio estructural del hábito o qué parte de esta nueva orientación permanecerá después de esta crisis y por cuánto tiempo.
¿Cómo afectará la baja del petróleo a la producción?
La reducción del precio del petróleo trae alivio y aflicción. Por el lado del alivio, debería experimentarse una reducción sustancial de los costos asociados con la logística y consumo de energía. En el bolsillo de las familias, menores gastos por combustible para los que cuentan con motores.
Del lado de la aflicción representa un impacto muy fuerte a las finanzas nacionales dejando un agujero en la recaudación de impuestos asociados al consumo de hidrocarburos, lo que agravaría las actuales proyecciones del agujero de recaudación en este año.
Esta reciente y dramática reducción del precio no es sostenible por mucho tiempo, pese a los inventarios de combustible reportados; por lo que debemos observar la evolución para realizar las proyecciones financieras objetivamente, sin la volatilidad del mercado.
Una breve descripción del sector, entiendo que es muy amplio: empresas que agrupa (cuantas), ramos de la producción que abarca, empleos que genera
El sector de A&B es el conjunto de la industria que transforma, procesa y envasa alimentos, y esto comprende una gran variedad de productos, agrupa desde el granos básicos procesados, las harinas, cereales procesados, azúcar, aceites, confites, embutidos, carnes preservadas, jugos, agua, bebidas endulzadas y carbonatadas, compotas de frutas, galletería y panadería, lácteos, frutas y verduras en conserva, preparaciones alimenticias tales como mayonesa, salsas, condimentos y otros. El denominador común es que estos productos son parte de la dieta de las personas, contribuyen a la ingesta de nutrientes y a una dieta balanceada.
El sector tiene relevancia económica, en 2019 fue el segundo mayor exportador con destino a unos 80 países, la primera actividad industrial del país, lo componen unas 1200 empresas y genera unos 100 mil empleos.
La CGAB agrupa unas 45 empresas medianas y grandes, con las grandes marcas nacionales e internacionales, estamos creciendo y prestando el servicio a nuestros asociados y amigos para que el sector se fortalezca y siga contribuyendo a la economía nacional y como ahora a la crisis.
¿Hay empresas de la cámara que cambiaron su orientación hacia producción vinculada con la crisis. Por ejemplo, lugar de jugos, hay quien envasa o distribuye alcohol en gel?
Debido a la naturaleza esencial del sector, más bien se intensificó la producción de alimentos, en algunos casos se redujo la fabricación de algunos productos para atender la demanda mas especifica. El sector se ha comprometido en mantener el abastecimiento sin interrupción y hasta el momento lo ha logrado, brindando al consumidor alimentos nutritivos, de calidad e inocuos, manteniendo los precios en todos los casos posibles.