Indagamos en la web sobre el origen de las tres celebraciones: Halloween, 1 y 2 de noviembre y consignamos algunos datos que pueden ser de interés para los lectores.
Redacción Perspectiva
Son tres festejos en dos días muy intensos que suelen reunir a las familias desde el 31, cuando simultáneamente se prepara el fiambre y se vigila que los niños se disfracen para pedir dulces entre los vecinos.
Aunque Halloween es una costumbre relativamente reciente en Guatemala (unos 50 años), se instaló entre varias familias, y si bien no todos los chapines la festejan tal como los estadounidenses, muchos suelen tener fiestas de disfraces o por lo menos, comer el famoso pie de calabaza o pumpking pie.
Noche de brujas, la reminiscencia de los antiguos celtas
Contrariamente a lo que se piensa, Halloween no es de origen estadounidense. La palabra deriva de «All Hallow´s Eve», en inglés: víspera de Todos los Santos, que evidentemente, tiene una connotación cristiana.
El origen de la Noche de Brujas es remoto y se remonta al Samahin celta, que conmemoraba el final del verano y daba la bienvenida al otoño. A EE.UU. la fiesta llegó con los inmigrantes irlandeses, en el siglo XIX y hasta la década de los 70 se extendió por el mundo, gracias a la influencia de la televisión.
Todos los Santos: el recuerdo de los mártires cristianos
Aunque la iglesia siempre ha orado por los difuntos, fue a partir del 2 de noviembre del año 998 cuando se creó un día especial para ellos. Esto fue instituido por el monje benedictino San Odilón de Cluny. Su idea fue adoptada por Roma en el siglo XVI y de ahí se difundió al mundo entero.
El Papa Gregorio IX impuso el día para conmemorar a todos los santos mártires del cristianismo, el mismo día que se festejaba una fecha pagana que el cristianismo quería eliminar.
El 2, para recordar a nuestros muertos
El 2 de noviembre es cuando realmente se conmemora a los difuntos allegados o familiares, pero como no es un festejo con asueto, las personas aprovechan el 1 para visitar los cementerios, acudir a la Iglesia o sencillamente, recordar a sus muertos con alguna anécdota durante una reunión familiar.
En Latinoamérica, específicamente el área que fue Mesoamérica, el 2 tiene connotaciones especiales, puesto que la fecha es conmemorativa de los difuntos desde antes de la llegada de los españoles.