“Polvo eres y en polvo te convertirás”, dice el sacerdote al momento de imponer la cruz de ceniza en la frente de los feligreses cada Miércoles de Ceniza pero ¿De dónde se obtienen las cenizas? Y ¿Qué significado tienen?
Redacción Perspectiva
Cada año, los católicos participan en un ritual que conmemora el Miércoles de Ceniza. Miles de fieles se colocan una cruz de ceniza en la frente.
Las cenizas que se utilizan para este día, son resultado de la quema de las palmas del Domingo de Ramos de la Cuaresma anterior. Este acto representa un recordatorio de que la vida terrenal es transitoria: “La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentre en el cielo”, explican en la web catholic.net.
El origen de está celebración está relacionado con el Judaísmo. En la antigüedad, los judíos se cubrían con cenizas cuando habían pecado o si se preparaban para una fiesta importante.
La ceniza representa un “deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios”. La Iglesia católica adoptó esta práctica que al principio solo realizaban los “penitentes” y más adelante todos los miembros de la iglesia recibieron la ceniza.
El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, un periodo de 40 días que termina al llegar la Semana Santa. Fue en el año 384 a.C. cuando la iglesia católica empezó a darle un sentido penitencial a la Cuaresma.
En el rito que se lleva a cabo el Miércoles de Ceniza, el sacerdote recuerda las palabras “polvo eres y en polvo te convertirás” o “conviértete y cree en el Evangelio”, mientras colocan las cenizas en sus frentes, haciendo la señal de la cruz.
Origen de las cenizas
Las cenizas se obtienen de las palmas del Domingo de Ramos que se queman y luego son rociadas con agua bendita y aromatizadas con incienso.

Durante este día, la tradición dicta una serie de penitencias entre ellas la abstinencia de carne, que se prolonga durante los viernes de Cuaresma.