Alrededor de la industria minera, existen muchos mitos y uno de ellos es la capacitación y protección de su talento humano, visitas y proveedores. En Minera San Rafael, esto no es una excepción y para comprobarlo, fuimos directamente a la mina para conocer acerca de cómo opera esta empresa.
Todas las personas que ingresan a mina subterránea deben utilizar Equipo de Protección Personal (EPP) que consiste en cascos con luz, gafas protectoras, mascarillas, chaleco reflectivo, botas punta de acero, tapones auditivos y auto rescatador.
Cada individuo que ingresa a la mina recibe una capacitación de seguridad. Los visitantes reciben una medalla o ficha que los identifica para saber dónde se encuentra. Con este sistema, la empresa monitorea quiénes están bajo tierra y quiénes subieron, lo que permite detectar cualquier eventualidad, accidente o problemas de salud de quienes bajaron.
Las prácticas de salud y seguridad efectivas permiten la minimización/eliminación de riesgos. Parte de estas prácticas es la capacitación de los trabajadores, quienes deben conocer todos los peligros potenciales que tiene su actividad, así como las mejores prácticas de prevención.
Cuando la mina está en actividad, la extracción de los minerales se realiza a través de túneles que están sólidamente reforzados, debidamente iluminados y adecuadamente ventilados
El proceso de minado permite la extracción de roca de distinto tamaño en la cual se encuentran minerales de plomo, zinc, plata y un poco de oro, que son separados del material que no tiene valor y al cual se conoce como colas o material estéril. La mayoría de este se mezcla con cemento y se regresa a interior mina para rellenar las galerías subterráneas.
Protección y mejoramiento del ambiente
Además de la seguridad del personal, otro de los compromisos de la empresa es la protección y el mejoramiento del ambiente. Este es otro de los mitos sobre las mineras que se aclaran cuando se visita el proyecto.
Antes de que iniciara la actividad en la zona, se realizó un estudio de impacto ambiental que incluye más de 250 compromisos ambientales. La empresa debe cumplir cada uno de ellos, por lo que cuenta con más de 160 puntos de monitoreo adentro de la propiedad.
Además en el área se reforesta y se cultivan diferentes productos como banano, café y cebolla, entre otros, además de apiarios para miel. Además la mina ha instalado distintos huertos demostrativos de hortalizas y flores para enseñar que la actividad extractiva y la agricultura pueden convivir sin problemas.
La caza está prohibida dentro de la propiedad de la empresa, que es una reserva natural y en el lugar se han encontrado tigrillos y otros animales en peligro de extinción, además de fauna acuática que no subsiste sin agua de buena calidad.
La intervención de la mina se ubica en la sexta parte de la propiedad. La mayor parte de la propiedad es una reserva y en menos del 20% se realiza la operación. La mayor parte del terreno se emplea en compromisos ambientales de la minera, que tiene acuerdos para apoyar la calidad y mejoramiento de los recursos naturales en el área.
Una buena relación con los vecinos
En cuanto a su relación con las comunidades circunvecinas, es importante mencionar que la minera tiene acuerdos para apoyar a escuelas de aldeas vecinas. Cuando la empresa logre reiniciar labores y concluir sus operaciones en el año 2033, esos terrenos serán donados a la Municipalidad para crear un área protegida.
El tratamiento del agua, según estándares internacionales
Otro mito que se desvanece al visitar el proyecto minero, es la contaminación del agua por parte de la industria. El tratamiento de agua cumple con todos los estándares de descarga establecidos tanto en la legislación guatemalteca como internacional
El agua que se utiliza en los procesos productivos nunca se libera a la naturaleza y el agua que sí se libera al Quebrada El Escobal, nunca es parte de ningún proceso industrial y es utilizada aguas abajo en la crianza de animales o riego de hortalizas.