Aunque propietarios e inquilinos aseguran que están preparados para reabrir e implementar las medidas de prevención necesarias, los centros comerciales de Guatemala han permanecido cerrados cuatro meses. El golpe de este cierre extenso para la economía es grave, considerando que entre otros, el 70% de ventas de la economía formal del país se genera en centros comerciales.
Redacción Perspectiva
La apertura de centros comerciales es un tema urgente para la economía nacional. Se estima que estos establecimientos generan Q63 millones en ventas cada día, lo que representa un estimado de más de Q1, 890 millones mensualmente.
En estos primeros cuatro meses de confinamiento, se estima que la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), ha perdido cerca del 20% de la recaudación. El IVA generado por las ventas en centros comerciales representa cerca de Q115 millones.
Empresas que operan en centros comerciales generan un importante volumen de las importaciones del país, donde unas 2,000 empresas tienen sus principales puntos de venta en tiendas ubicadas en centros comerciales.
Estos son algunos de los impactos económicos de los centros comerciales, que además son vitales para la existencia de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), que representan el 90% de los negocios en centros comerciales, plataforma de desarrollo y oportunidad para las PYMES.
Impacto en la comunidad y el empleo
Desde que se proyecta la construcción de un centro comercial, este genera cientos o miles de trabajos temporales. Cuando inician operaciones, se convierten en fuente de trabajo seguro y permanente para miles de guatemaltecos.
Más de 205,000 personas tienen empleo permanente en centros comerciales, lo que beneficia a sus familias y suma más de un millón de personas. Alrededor de esta actividad económica, giran unos 112,000 empleos indirectos.
Para la población, representan la posibilidad de contar con espacios amplios, seguros y accesibles, y en muchas localidades del país, son el principal o único proveedor de servicios esenciales.
En el contexto actual, los negocios grandes y pequeños que operan en centros comerciales, están listos para asumir los retos que impone el COVID-19 y operar de forma responsable, siguiendo los protocolos establecidos, contribuyendo con la recuperación económica del país.
Resulta incomprensible que después de cuatro meses permanezcan cerrados, considerando que tienen toda la logística y disciplina para volver a brindar sus servicios y reanudar una actividad económica que es vital para el país.