Una de las mejores experiencias que he tenido en estos últimos meses y una de las mejores decisiones que he tomado, es haberme inscrito en Escuela de Gobierno. Estoy a punto de cerrar la maestría en Gestión Pública y Liderazgo, algo que considero un logro personal y una parte importante de la formación que seguramente aplicaré. Esta maestría es impartida en el campus de Escuela de Gobierno en Cayalá, formando a futuros líderes y a la nueva generación política del país.
Escuela de Gobierno es “es un esfuerzo académico privado, no lucrativo y apartidista. Busca desarrollar un liderazgo democrático, efectivo y transparente capaz de afrontar exitosamente la necesidad de transformar la forma de hacer política en Guatemala y Centroamérica.” Dentro de su misión está el “identificar, formar y preparar una nueva élite política, una verdadera tecnocracia y una renovada dirigencia de la sociedad para que conjuntamente contribuyan a mejorar la gestión pública y la solidez del Estado.” Su visión enarbola el contribuir a la gobernanza del país, a través de capacitaciones a nuevos liderazgos políticos, cimentando una perspectiva de país a largo plazo. Escuela de Gobierno tiene una alianza con la Universidad Internaciones para poder ofrecer una maestría con este respaldo.
Entré a Escuela de Gobierno esperando entender de manera más completa cómo funciona el Estado de Guatemala y qué cambios podríamos realizar para el desarrollo del país. Desde el lado de la prensa y de mis columnas de opinión, considero que es un compromiso estar informado y capacitado para así también poder comunicar mejor y responsablemente. Fue una decisión acertada. Conocí a un grupo de personas diverso, que definitivamente fue una parte trascendental para enriquecer esta experiencia. Muchas personas, con distintos orígenes y antecedentes, decidiendo formarse con un solo propósito: buscar el desarrollo del país a través de una formación política responsable. Tuve la suerte, y el privilegio, de estar en un grupo tan diverso, pero tan unido, que hoy agradezco el haber conocido a los compañeros que incluso se han vuelto amigos, esos compañeros que hoy conforman una nueva generación política lista para trabajar por Guatemala. Un grupo -¡grupazo!- que hoy cierra esta etapa pero solo para abrir nuevas puertas.
Cerrando este capítulo, celebro que hoy pueda estar a punto de graduarme de esta Escuela, con el enfoque claro de que la formación no termina aquí: solo empieza. Los invito a conocer este proyecto, y si les interesa, aplicar para ser parte de esta nueva generación informada y comprometida con el país. Pueden visitar www.edg.org.gt para informarse y ver los diferentes programas académicos que se ofrecen. Somos ciudadanos y somos responsables, si queremos un cambio en nuestro país, ¡debemos provocarlo nosotros!