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domingo, agosto 24, 2025

Un comercio equitativo

Por: Luis Asturias, Nieto del premio nobel de literatura  y economista enfocado en desarrollo.

Aunque es necesario destacar la considerable expansión y crecimiento del comercio internacional en América Latina, no garantiza que se convierta en un desarrollo equilibrado desde la perspectiva social y territorial. Sin embargo, el dinamismo en el comercio puede ser una gran oportunidad para que se prioricen temas sociales y de desarrollo equitativo. El proceso de convertir el comercio en una herramienta útil para la sociedad no es un proceso automático, sino más bien es un proceso conjunto que depende en gran medida de la calidad y aplicabilidad de las políticas públicas que lo orienten y complementen. Con el propósito de crear un futuro de cooperación dentro de la sociedad.

Como lo detalla la Cepal en un mundo globalizado, la posibilidad de crecer y reducir las desigualdades está ligada a escenarios que mejoren la inserción internacional de nuestros productos y empresas, y que vayan acompañados de políticas activas de innovación, competitividad, desarrollo productivo, empleo y capacitación.

“Es necesario enfatizar los beneficios del comercio internacional, ya que ayuda a disponer de bienes y servicios de mejor calidad a menor precio”.

Por lo tanto, es fundamental que se promulgue un contexto y un ambiente macroeconómico así como, un fortalecimiento institucional que se traduzca en un ambiente propicio para lograr el desarrollo y una mayor equidad.

Vale la pena destacar que el Banco Mundial estima que el comercio es básico para la promoción del crecimiento inclusivo, conceptualizado como un crecimiento sostenido en el largo plazo de la productividad y el empleo de un amplio grupo de trabajadores y empresas. Por lo tanto, el comercio puede contribuir a este proceso cuando los involucrados logren adaptarse, y desplazarse hacia sectores con una demanda creciente e incorporar nuevas tecnologías.

En síntesis para lograr un mayor desarrollo humano y reducir las inequidades principalmente en los países en desarrollo es necesario impulsar cambios en las modalidades de interrelación entre los países.

Con el propósito de promover la productividad y la competitividad de los productores y beneficiar a los consumidores, es necesario comenzar a trasformar   las formas de comercio internacional desfavorables para los países en desarrollo, ya que esto ha permitido que las inequidades comerciales se profundicen y las sociedades más necesitadas no logren recibir los beneficios del comercio.

 

 

Es necesario enfatizar los beneficios del comercio internacional, ya que ayuda a disponer de bienes y servicios de mejor calidad a menor precio. Lo cual va de la mano en la creación de vínculos más directos entre el mercado internacional y la población con menos recursos.

 

La tendencia que se puede observar es que la mayoría de los gobiernos está abriendo cada vez más su economía al comercio internacional, ya sea a través del sistema multilateral de comercio, de la intensificación de las negociaciones de acuerdos comerciales preferenciales o en el marco de programas internos de reforma. Lo cual ha permitido en muchos casos obtener beneficios de la especialización, las nuevas tecnologías, la difusión del conocimiento. Con lo que se logrará alcanzar escalas de producción más eficientes.

 

Sin embargo, es sumamente importante ponderar a las consecuencias concentradoras, excluyentes e inequitativas de la globalización económica como se ha podido observar en la crisis económica del 2008-2009.

 

Básicamente estos riesgos se crean debido a que el comercio y sus beneficios no han llegado a todos los segmentos de la sociedad, lo que se refleja claramente en la desconfianza sobre el carácter positivo del comercio. Por ejemplo según encuestas internacionales sobre la actitud ciudadana hacia el libre comercio se ha podido observar que la mayoría de la población le reconoce beneficios, pero se reconoce que existen muchas inquietudes sobre los retos que lo acompañan.

 

Aunque, vale la pena destacar que en su mayoría los ciudadanos consideran que el comercio internacional beneficia a su país, también se preocupan por las distorsiones y desventajas de la participación en la economía mundial.  El respaldo que posee el comercio se encuentra focalizado en las economías emergentes más que en los países industrializados, donde la globalización pierde apoyo, debido a que se está definiendo como una amenaza.

 

En América Latina y el Caribe, la percepción de las personas sobre la integración a la economía mundial ha mejorado. En las encuestas de opinión se percibe un mayor interés por los asuntos internacionales, del 44% en 2004 al 53% en 2008, y una visión más favorable del mundo y de la globalización, de un 27% en 2003 a un 41% en 2009, aunque esta percepción positiva todavía se mantiene bastante baja. Mucho más favorable es la visión de la integración en América Latina, con un apoyo del 71% para la integración económica en 2009 y del 59% para la integración política (Latinobarómetro 2009 y 2010).

 

 

Entresacado: El dinamismo en el comercio puede ser una gran oportunidad para que se prioricen temas sociales y de desarrollo equitativo.

 

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