Por Dr. Virgilio A. Cordón
“La integridad es un rasgo indispensable para los líderes efectivos. La ética y la confianza son parte de la integridad y no son negociables”.
De modo simple, la ética es el conjunto de normas que rige la conducta en términos de lo que es correcto o no. La ley se crea para normar las acciones empresariales, sin embargo debemos entender que la ética va mucho más allá de cumplir con los requisitos legales. Usualmente la ética, debe ser parte de las bases de la organización, tanto en los valores como en la misión.
Hay varios factores que pueden afectar el comportamiento ético tales como: la personalidad, la situación que lo rodea y la educación que ha recibido. Si se descuida alguno de estos tres factores, hay probabilidad de cometer actos no éticos incluso sin estar consciente de ello.
Cuando se cometen actos no éticos, usualmente las personas lo justifican de las siguiente forma:
1. Desplazamiento de la responsabilidad: Es la más común e implica responsabilizar a su equipo, en lugar de asumir la propia
2. Dilución de la responsabilidad: Acusar al sistema o al proceso del resultado, en lugar de las malas decisiones que se han tomado. “Es que como todos lo hacen”, suele ser la respuesta más común
3. Comparación ventajosa: Justificar el no haber alcanzado el resultado debido a situaciones del mercado o bien, pensar que la competencia lo esta haciendo y por ello… se justifica
4. Indiferencia a las consecuencias: Una clara señal que no se tiene compromiso personal ni con la organización, y por lo tanto… crea un mal referente para su equipo
“Confronte a otros cuando considere que hay personas en su equipo que no tienen un comportamiento ético y resuelva el problema personalmente. Ser honesto y exigir honestidad es indispensable en cualquier liderazgo”.
Para que los colaboradores cumplan con el comportamiento esperado, se debe dar reforzamiento positivo, el cual es el mejor motivador. Algunas recomendaciones para que usted cumpla con ésta dimensión tan importante en su liderazgo son:
a) asegúrese que los colaboradores saben exactamente qué se espera de ellos y que entienden perfectamente las consecuencias,
b) elija las recompensas adecuadas (no todos son iguales),
c) no tolere el comportamiento mediocre,
d) busque el comportamiento positivo y elógielo (no se enfoque en lo negativo).
Cuando exprese un elogio, dígale al colaborador exactamente qué hizo bien y explíquele por qué ese comportamiento es importante para la organización en general y aliente ese comportamiento en público, para que forme parte de la cultura en desarrollo. De igual forma, cuando se detecte un comportamiento no ético, debe hacerlo saber de inmediato a todo el equipo para que se entienda que hay conductas que simplemente no se tolerarán. Cuando se es líder en una organización, puede ser tentador dejar la ética por un lado con la finalidad de obtener resultados inmediatos. Sin embargo, debe estar claro que esa conducta traerá riesgos en el mediano o largo plazo tanto para usted como para su equipo. Éxitos.