Muchos expertos en liderazgo coinciden que la comunicación es la puerta principal de la persona que desea ser Líder. Si hay una cosa que puede matar a la organización desde adentro es la pobre comunicación. Y si no la mata, si es capaz de dañarla fuertemente y no permitirle que alcance su potencial real.
Hace pocos días tuve la oportunidad de dar un seminario de Liderazgo a una organización, en donde al poco tiempo pude ver claramente que el problema no era el talento que tenían las personas, su problema era que no había comunicación entre el gerente y sus colaboradores y de eso específicamente es de lo que hablaremos en esta oportunidad.
La comunicación puede ser deficiente de varias formas: de un jefe a su equipo, de un departamento a otro, de una empresa hacia sus clientes, etc. En mi experiencia, la falta de comunicación es la causa raíz de muchos problemas interpersonales e interdepartamentales, creando innecesariamente conflictos, tensión y frustración, disminuye la confianza y la unidad del equipo necesaria para cumplir su misión.
¿Por qué? Por que cuando hay comunicación débil, las personas están desinformadas y se les deja que “asuman”. En la mayoría de los casos, la falta de información se llena con rumores o las personas interpretan cosas que obviamente no son correctas. Además sienten que están siendo excluidos y por lo tanto se vuelven reactivos (creando más tensión y drama) en lugar de proactivos.
La causa más común para esta enfermedad en las organizaciones se puede resumir en una palabra: CONTROL. Cuando el gerente trata de mantener información sólo para él (incluso la oculta) y no la comunica de forma clara y frecuente, sin duda perjudicará la relación y evitará el trabajo en equipo. ¿De donde surge la necesidad de control? Eso amerita otro artículo, pero básicamente se basa en la inseguridad personal y falta de visión.
El opuesto al control es la confianza, y las preguntas son: ¿Confía usted en su equipo? ¿Usted quiere que confíen en su liderazgo? ¿Tiene claro usted que debe ser una prioridad en su trabajo el compartir información con su equipo tanto como pueda, o usted aún cree que sólo usted debe tener esa información?
Sin importar cual es la excusa que utilicemos para explicar porque no compartimos de forma personal y damos la información necesaria como deberíamos, es momento de cambiarlo. Cada día podemos darnos la oportunidad de ser incluyentes en lugar de excluyentes. Cuando nos comunicamos informamos, y cuando informamos hacemos que las personas se sientan importantes, que sientan que forman parte de algo con propósito, y sobre todo, que los apreciamos como parte importante de nuestros equipos. Esto produce algo que los gerentes siempre quieren y que no logran: Motivación.
A continuación, cuatro formas básicas para mejorar su comunicación con el equipo:
- No espere, sea proactivo. Si usted reconoce alguna situación en la cual es conveniente que el equipo lo sepa, hágalo. Sea honesto, dígales que usted no tiene todas las respuestas, pero en cuanto tenga más información se las hará saber. Darles la información que tiene o que puede, es mucho mejor que no darles nada. El no hacerlo crea una de las cosas más molestas en las organizaciones: EL RUMOR. Las personas escuchan rumores o ven cosas en la oficina, y si usted no habla, los deja libres para que hagan sus propias conclusiones que por lo general serán negativas.
- Sea honesto. Deles tanta información como pueda y como es. Si es un asunto que usted no quiere que sea público, dígaselos. Si usted tiene un colaborador que no puede mantener la confidencialidad necesaria, busque la forma de no castigar a todo el equipo.
- Deje de controlar todo. Si usted es un líder o un gerente no se trata de usted, se trata de su equipo y usted necesita hacer todo lo necesario para mantenerlos informados. Mientras más sepan, más podrán ayudarlo. Por tratar de controlarlo todo y no confiar, no delega y no deja que los demás hagan su trabajo, y al final el que tiene toda la responsabilidad y el trabajo extra es usted.
- No asuma que ellos saben. Sólo porque usted sabe, no significa que ellos lo sepan. A los gerentes les gusta mantenerse ocupados, y eso hace que piensen que le han dado más información de lo que realmente lo han hecho. Asegúrese de tomarse el tiempo para preguntarle a su equipo si están claros, si saben y si entienden. Deles la oportunidad de escucharles y responderles. Éxitos.