Con un brazo en cabestrillo y un discurso de aparente arrepentimiento, el ex ministro Alejandro Sinibaldi Aparicio, implicado en varios casos de corrupción que le valieron ocho órdenes de captura, se entregó a la Interpol y retornó a Guatemala con los privilegios que corresponden a los “colaboradores eficaces” y coincidentemente, en un momento en que el jefe de la FECI, Juan Francisco Sandoval, era blanco de múltiples cuestionamientos e incluso, acusaciones penales.
Roxana Orantes Córdova
De ser un prófugo casi olvidado por los medios viviendo un “exilio dorado” en Italia, el ex candidato presidencial del Partido Patriota (PP) y ex ministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi, parece haberse convertido en un adalid de la lucha contra la corrupción.
En sus primeras declaraciones a la prensa no dio detalles sobre las estructuras criminales en las que habría participado, ni mencionó a presuntos cómplices señalados por su ex secretaria Anelisse Herrera: Bonerge Mejía, Otto Herrera o Thelma Aldana, por ejemplo. Lejos de esto, Sinibaldi la emprendió contra “los constructores”, a quienes calificó como “los creadores del sistema de corrupción en el Ministerio de Infraestructura, Comunicación y Vivienda (MICiVI).
El juez Miguel Ángel Gálvez programó la audiencia de primera declaración para el 27 de agosto, informaron los medios de comunicación, donde también se conoció que “por seguridad del detenido no se revelará el centro de detención donde permanecerá recluido”.
Sinibaldi, confeso y arrepentido
La llegada del ex presidenciable, a quien Roxana Baldetti calificó de “fisiquín” en un mitin político, ha movido las pasiones en redes sociales, donde se especula que habría sido enviado a una casa de seguridad del Ministerio Público (MP), como “testigo protegido”, o incluso a su vivienda.
Aparentemente, la orden de captura internacional contra el prófugo ex ministro jamás se hubiera llevado a cabo, de no ser porque, según el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), los abogados de Sinibaldi contactaron al MP para negociar su retorno.
Como “feliz coincidencia”, los trámites para repatriar al prófugo (quien llevaba cuatro años en Italia), concluyeron exactamente después de que la familia Valdés Paiz denunció penalmente a Sandoval y a un ex fiscal de la FECI. Esta denuncia se sumaba a otras que fueron calificadas por el fiscal como persecución política en su contra.
Recientemente, la FECI también retomó el caso La Línea, del que se mostró una tímida segunda edición con la captura de varios comerciantes. Sin embargo, el tema no logró encender la indignación ciudadana, a diferencia de lo sucedido hoy, cuando Sinibaldi aparece como un confeso y arrepentido “ex corrupto”, dispuesto a destapar “las estructuras del sistema político” que impiden la existencia de “un verdadero Estado Democrático de Derecho”, señala en su comunicado.
Aunque algunos de sus ex correligionarios, como Otto Pérez Molina, llevan años en “prisión preventiva”, Sinibaldi afirmó en su comunicado que tiene plena confianza en el “profesionalismo, imparcialidad y transparencia” de las autoridades. Además, solicitó a los medios una cobertura imparcial de “la contraparte” que presentará.
Decir que este suceso le cae “como anillo al dedo” a Sandoval probablemente es quedarse corto. El estallido mediático y de opiniones en redes sobre el retorno del ex presidenciable opacan cualquier cuestionamiento contra la FECI o el fiscal. Junto a esto, es necesario recordar que la ex asistente de Sinibaldi, Anelisse Herrera, acusó a Thelma Aldana de recibir coimas de Sinibaldi.
Ricardo Méndez Ruiz, presidente de la Fundación Contra el Terrorismo (FTC), principal acusadora de Sandoval en varios casos, dijo a Perspectiva:
«Anelisse Herrera, asistente personal de Alejandro Sinibaldi, declaró ante juez competente que existía una relación fluida entre su jefe y Thelma Aldana, quien lo visitaba junto a Gustavo Herrera, prófugo de la justicia actualmente radicado en Nicaragua.
También declaró acerca de la relación de Sinibaldi con Bonerge Mejía, sin embargo, Juan Francisco Sandoval protegió a Aldana y Mejía, al no perseguirlos penalmente. En su declaraciones de hoy, dejó claro que tiene la intención de seguirlos protegiendo».
En la conferencia ofrecida hoy por Sandoval sobre el tema, Perspectiva le consultó si pedirían orden de captura internacional contra Aldana por estos señalamientos, a lo que el jefe de la FECI, luego de unos segundos de silencio, respondió:
“En primer lugar desconozco si la señora Thelma Aldana tiene alguna orden de captura por virtud de las declaraciones de Anelisse Herrera. No sé si habrá algún delito imputado por estos hechos”.
Un destacado analista quien prefiere no ser mencionado, debido a que en este momento todo lo que se mencione del tema entra en el terreno de “conjeturas y análisis mental”, dijo:
“Creo que Sipi viene a remachar clavos sueltos contra Otto Pérez Molina y Aldana. A cambio de esto, recibirá “trato Eco” o preferencial. Sinibaldi (Sipi), sabe de los casos Oderbrecht, Transurbano, elección de comisiones postuladoras, los vínculos de Otto Pérez Molina y mucho más”.
Entretanto, la nostalgia por el “despertar ciudadano” de 2015 afloró desde Magdalena, Colombia, donde el ex comisionado Iván Velásquez sigue muy pendiente de Guatemala y escribió en su cuenta de Twitter:
“Un actor tan importante como Sinibaldi ofrece contribuir «para que se conozca toda la verdad que impera en el Estado, y que lo tiene cooptado por intereses particulares desde sus mismas estructuras». Si su actitud es honesta, Guatemala estará ante un escenario similar a 2015”.
Por su parte, las redes sociales de Thelma Aldana permanecen en un total silencio, que “en el terreno de las conjeturas”, podría indicar: 1. Habrán declaraciones en su contra, o 2. Espera el desenlace de lo que podría ser un intento por retomar la bandera de la “lucha contra la corrupción” como una vía para agenciarse el poder político.
