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jueves, septiembre 18, 2025

Estrategias para enfrentar el COVID-19

Aunque el gobierno está llevando a cabo una acertada contención del COVID-19, Mario Mérida considera que para las fases posteriores de la estrategia, es necesario que el tema sea abordado por el Estado, a través de la institucionalidad existente y no una mesa de diálogo, como en este momento. Al mismo tiempo, el médico Alfredo García, Msc en Salud Pública, plantea que es posible aplanar la curva con una combinación de medidas.

Roxana Orantes Córdova

En redes sociales circula un documento sobre la pandemia, titulado Posibles escenarios para Guatemala. Crisis del coronavirus, firmado por Rodolfo Mendoza. En dicho texto se presentan datos diversos sobre la incidencia, características y letalidad del COVID-19, así como los posibles escenarios que Guatemala podría enfrentar, dependiendo de la estrategia de abordaje que se aplique.

La mayor debilidad de Guatemala para enfrentar esta pandemia es que “Tenemos el sistema de salud más débil de Latinoamérica (6 camas de hospital por cada 10,000 habitantes)”. Sin embargo, la fortaleza del país es que “Tenemos una de las macroeconomías más fuertes de Latinoamérica, con capacidad de endeudamiento público y altas reservas internacionales”, indica el documento.

Las estrategias descritas en ese texto son mitigación y supresión. En la primera, no se restringe la movilidad pero se evitan aglomeraciones. Se aísla a población en riesgo. Se ha aplicado en México, Brasil, Suecia, Italia, España y EE.UU. (en estos al inicio). Tiene un 27% de factor de contagio y según la proyección planteada en ese escenario, el 3 de mayo Guatemala podría tener 27,000 contagiados.

La supresión consiste en “Aplicar medidas duras de contención y confinamiento a la población por parte del gobierno, para detener el acelerado contagio, en lo que se aplican medidas para aliviar el impacto económico”. Con un 12% de factor de contagio,  podría llegar a mayo con unos 1,300 diagnosticados. Si además se aplica el toque de queda, con un 8%  de factor de contagio, el número al 3 de mayo podría ser de 280, señala este escenario.

Sin embargo, agrega, existe una tercera estrategia, que son las pruebas masivas. Esta podría ser la decisión más acertada del gobierno, si además mantiene el toque de queda y la supresión, por lo menos hasta el 14 de abril, para ganar tiempo.

El costo de pruebas masivas (entre 125,000 y 300,000), sería de unos Q100 millones, más la logística. La supresión daría tiempo al gobierno para implementar la logística necesaria en hospitales públicos y privados. La tasa de contagio en los países que han aplicado esta estrategia varía del 2% al 5% y la de letalidad es del 1%, concluye el documento mencionado.

García: “calma, precaución, aislamiento y tranquilidad”

Según comenta Alfredo García, se trata de una pandemia muy peligrosa, especialmente para los grupos de alto riesgo: edad ,inmunosupresión, tabaquismo, hipertensión y otros. “Italia ha tenido la mayor tasa de mortalidad. Hay que tomar en cuenta que en ese país, un 15% de la población es de la tercera edad. En Guatemala, esta cifra es del 2%”.

El riesgo para los adultos mayores se incrementa porque en sus alvéolos pulmonares se han generado receptores para este tipo de virus, a diferencia de los niños, cuyos pulmones no se han desarrollado por completo. Asimismo, medicamentos contra la hipertensión y otros para enfermedades crónicas contribuyen a desarrollar estos receptores. Por ello, es difícil que un niño o joven sea víctima mortal de la enfermedad, aún si padece desnutrición crónica, indica el médico. “Aunque en casos de desnutrición aguda, el panorama podría ser fatal”, señala.

La falta de equipo médico es una situación dramática en Guatemala. Por ejemplo, en el Parque de la Industria hay 50 ventiladores. EE.UU. dotó a Luisiana con seis mil ventiladores, dice García, quien añade que “una combinación de contención de sospechosos, aislamiento de portadores y tests realizadas adecuadamente a personas en riesgo + cuarentena, controla el pico de la epidemia y la curva se aplana».

Las pruebas masivas son necesarias para reducir la curva. “En EEUU, la tasa de letalidad es alrededor de  1.3%, comparada con el 9.4% de Italia o el 7.4% de España.  Esto es porque en EEUU han hecho muchos tests y el denominador es alto y porque las unidades de cuidados intensivos en EEUU tienen un excelente «standard of care», explica.

“Según estudios realizados en Inglaterra, Oxford e Imperial College, el virus ya está circulando entre la población general, con muchos positivos asintomáticos.  Esta cifra puede llegar hasta 30%. En Guatemala, el virus podría estar circulando de forma asintomática entre la población joven”.

Hay un momento en que el virus desaparece. Esto se llama inmunidad grupal y es el umbral donde ya no hay transmisión, explica García. La vacuna es el otro factor que hace desaparecer un virus, tal como sucedió con la viruela. Sin embargo, la vacuna para el COVID-19 llegará entre 12 y 18 meses.

“Todo lo que planteo son hipótesis con base en datos científicos que circulan en diferentes medios. Sin embargo, no podemos tener certeza absoluta de una pandemia inédita en el mundo”.

Por ello, afirma: “quedémonos guardados.  Tomemos precauciones.  Ante todo, aquellos de nosotros con otros factores de riesgo además de la edad. Recomendaciones: calma, precaución, aislamiento, tranquilidad”.

“Es necesario un Comité de Crisis”, dice Mérida

Mario Mérida afirma que el mandatario “hasta hoy, ha tomado decisiones favorables para la contención de los contagios. Sin embargo, eso no es suficiente al plantear escenarios a futuro. El tema es mucho más complejo que estar 15 días o más recluidos. Es necesario que se conforme un comité de crisis”.

“La Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad establece que debe implementarse un Comité de Crisis. En cambio, el mandatario está abordando la pandemia con una mesa de trabajo. El Comité de Crisis estaría integrado por el Canciller, los ministros de Defensa, Gobernación y Procuraduría General de la Nación. Aunque el mandatario ha hecho las cosas bien, ha sido “a su modo” y podría agotarse, considerando que la situación crítica podría prolongarse por lo menos nueve meses”, señala.

“Como cuerpo colegiado, un Comité de Crisis abarcaría todos los posibles escenarios y aspectos de la situación. El vocero oficial podría ser Carlos Sandoval y esto evitaría desgaste al mandatario, quien no debe olvidar la oposición, que de forma anónima se encuentra pendiente de cada una de sus acciones. Y aunque ha realizado una contención positiva, un cuerpo colegiado ya establecido en la ley, sería lo idóneo para implementar acciones en varias vías”.

Por ejemplo, señala, el papel de los gobernadores en este momento es muy relevante y no han sido llamados para que impulsen acciones de contención en sus departamentos. “En Izabal, Santa Rosa, Quiché y San Pedro Sacatepéquez ha habido casos. Un Comité de Crisis hubiera convocado a los gobernadores para que dieran seguimiento a los sospechosos y mantuvieran cuidadosa vigilancia”, indica.

“Otro aspecto que es necesario considerar es la participación de los diputados distritales, quienes debieran estar presentes en sus distritos coordinando acciones con los gobernadores. Hay varias autoridades que podrían involucrarse, como la Policía Municipal de Tránsito. Esto evitaría situaciones como la de hoy, cuando un accidente obstaculizó el toque de queda”.

Y sobre todo, además de plantear soluciones a posibles problemas coyunturales derivados de la pandemia, el comité mencionado por Mérida enmarcaría el manejo de la crisis en la ley vigente y aportaría variables y escenarios para momentos posteriores, que podrían ser muy dramáticos en términos de gobernabilidad, economía y empleo, concluye el analista.

 

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