En la página del Instituto Nacional de Meteorología, Hidrología y Vulcanología (Insivumeh), se informa que el volcán de Fuego se encuentra en actividad, así como el Santiaguito (en la foto). Hacia el mediodía del 11 de julio se habían reportado cinco explosiones, una fuerte y cuatro moderadas que expulsaron columnas de ceniza gris y originaron avalanchas moderadas que provocaron caída de partículas de ceniza a algunos poblados cercanos, entre estos, Sangre de Cristo y Yepocapa.
Además, el Insivumeh alertó sobre explosiones débiles en el volcán Santiaguito, donde se restringieron las visitas, y expresó que debe mantenerse alerta sobre estos dos volcanes y el de Pacaya. El mencionado instituto alertó a la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), a la Dirección General de Aeronáutica Civil y al Instituto Guatemalteco de Turismo, a tomar las medidas pertinentes para cada entidad.
El 11 de julio, la gubernamental Agencia Guatemalteca de Noticias (AGN), dio a conocer que las pérdidas y daños provocados por la erupción del volcán de Fuego el 3 de junio alcanzan los Q1,642 millones, alrededor de US$219 millones. Esto, según información del gabinete económico que se reunió en el Banco de Guatemala, donde el vicepresidente Jafeth Cabrera afirmó que, según un representante de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), “es la primera vez que frente a un desastre natural ha habido una respuesta tan pronta y transparente”.
Según la Secretaría General de Planificación (Segeplan), el informe gubernamental de daños y pérdidas involucró a todas las instituciones del gobierno y fue apoyado por la Cepal, del Sistema de Naciones Unidas en Guatemala, del BID, del Banco Mundial y de la Unión Europea (UE).
