En un giro alarmante, Rusia ha lanzado el mayor ataque aéreo contra Ucrania desde el inicio de la invasión a gran escala. Según informes del ejército ucraniano a CNN, este viernes marcó una ola de devastadores ataques con drones y misiles en todo el país, dejando a su paso al menos 31 personas muertas y alrededor de 150 heridas.
Redacción Perspectiva
La magnitud de los ataques fue asombrosa, afectando a diversas regiones, desde la capital, Kyiv, hasta el puerto de Odesa en el sur y la ciudad occidental de Lviv. La ciudadanía ucraniana se vio sorprendida por explosiones en lugares tan inesperados como un hospital de maternidad en Dnipro y un edificio escolar en Odesa.
El ejército ucraniano informó que Rusia empleó una combinación de 158 drones y misiles, incluyendo los temidos misiles hipersónicos Kinzhal y drones Shahed, para atacar objetivos en diversas direcciones del país.

El saldo de la tragedia incluye al menos 31 vidas perdidas y alrededor de 150 personas heridas. Entre los blancos impactados se encuentran una estación de metro y edificios residenciales en Kyiv, un hospital en Járkov, y un edificio escolar en Odesa. La ciudad de Lviv, fronteriza con Polonia, también sufrió ataques aéreos.
Estos eventos se desatan pocos días después de que Ucrania golpeara un tanque de la Armada rusa en Crimea y justo después de recibir el último paquete de ayuda militar de Estados Unidos. La situación, que ya era crítica, se ve agravada por la falta de fondos adicionales del Congreso estadounidense para apoyar a Ucrania en su defensa.
En palabras del presidente Joe Biden, este brutal ataque aéreo es un recordatorio contundente de que las intenciones de Vladimir Putin no han cambiado: busca destruir a Ucrania y someter a su pueblo. Biden hizo un llamado urgente al Congreso para aprobar más apoyo a Ucrania y detener la creciente amenaza. La comunidad internacional observa con horror mientras Ucrania lucha por su supervivencia en medio de una escalada de violencia sin precedentes.




































