El presidente ruso, Vladímir Putin, ha anunciado durante la cumbre Rusia-África la entrega gratuita de decenas de miles de toneladas de cereales a países desfavorecidos de África, en un esfuerzo por evitar una crisis alimentaria global y forjar alianzas. La medida surge después de las protestas de la ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países en desarrollo por la salida unilateral de Rusia del acuerdo del Mar Negro.
Redacción Perspectiva
En su discurso ante las 49 delegaciones de países africanos y 17 jefes de Estado presentes en la cumbre, Putin afirmó que Rusia espera una cosecha récord de cereal este año, lo que les permitirá sustituir las exportaciones de grano ucranio y ofrecer ayuda humanitaria a naciones como Burkina Faso, Zimbabue, Malí, Somalia, República Centroafricana y Eritrea. El envío de la mercancía también será gratuito.
El acuerdo del mar Negro, auspiciado por Naciones Unidas y Turquía, buscaba garantizar un corredor marítimo seguro para la salida de grano desde puertos ucranianos tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. La retirada unilateral de Rusia provocó protestas y advertencias sobre posibles consecuencias para la seguridad alimentaria global.
Desde entonces, Moscú ha llevado a cabo bombardeos sistemáticos contra los puertos ucranianos de Odesa y Mikolaiv, dañando infraestructuras portuarias destinadas al cereal y provocando una crisis alimentaria en varios países. Putin cargó contra lo que llamó «hipocresía de Occidente» al prohibir las exportaciones de grano ruso debido a las sanciones impuestas por la guerra.
La iniciativa del mar Negro permitió la salida de 33 millones de toneladas de grano desde puertos ucranianos el año pasado, contribuyendo a estabilizar los precios de los alimentos a nivel global. Sin embargo, Moscú se negó a prorrogar el acuerdo el pasado 17 de julio, lo que llevó a una escalada de tensiones y protestas internacionales.
El gesto de ayuda humanitaria de Putin durante la cumbre ha generado reacciones mixtas, y el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, animó a los países africanos a exigir respuestas sobre la crisis alimentaria que Washington atribuye a la invasión rusa.
La imagen paradójica de una Rusia ofreciendo ayuda humanitaria mientras bombardea puertos ucranianos ha puesto en el centro del debate la situación alimentaria global y la tensión geopolítica en la región. La comunidad internacional sigue vigilante ante los acontecimientos y sus posibles implicaciones