La funcionaria estadounidense llega al país en medio de protestas por la soberanía, organizadas por grupos de derecha, y cartas públicas donde la izquierda le envió solicitudes diversas.
Redacción Perspectiva
Con aproximadamente dos horas de retraso, la viepresidente de Estados Unidos, Kamala Harris, aterrizó en Guatemala. La agenda de trabajo de Harris se ha manejado con extrema secretividad, aunque varios medios especulan que vendría a dar su aval a la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) y a las ONG´s locales.
Hace unos días, dichas ONG´s anunciaron la creación de otra organización de esa naturaleza, que con el aval de la Fundación Seattle, estaría buscando revivir la actividad de la CICIG desde la «sociedad civil».
Harris es un personaje que mueve pasiones. Primera vicepresidente mujer en EE.UU. es presentada como aliada natural de las izquierdas en Guatemala, donde funcionarios y organizaciones no gubernamentales tienen sus expectativas puestas en el aval que ella podría darles.
Entretanto, desde los grupos civiles de derecha se ha manejado la oposición a la visita, especialmente a lo que se define como actos de injerencia en asuntos nacionales. Manifestantes encabezados por el oficial retirado Boris Lemus y con participación de Guatemala Inmortal, colocaron mantas expresando ese rechazo y manifestaron desde las tres de la tarde, mientras los grupos de izquierda lo hicieron ayer en la Plaza de la Constitución.
Aunque la agenda de trabajo de la funcionaria sea secreta, cabe esperarse que mucho más allá de su aval a grupos locales, su objetivo sea garantizar la consolidación del acuerdo conocido anteriormente como «Tercer país seguro», que con otro nombre, cumplirá el mismo fin para contener la migración ilegal hacia Estados Unidos.
