Julio Abdel Aziz Valdez
En el editorial de Prensa Libre del día 7 de octubre no ahorraron en señalar que el Estado y la actual gobierno como responsables, y lo hacen a partir de dos hechos que marcaron el contexto de tan terrible hecho, uno es que los que iban en ese pickup abarrotado era gente muy pobre que se dirigía a la cabecera municipal para recoger ayuda alimenticia que una ong iba a entregar, y lo segundo como es obvio que los que iban a recibir tal ayuda es gente que sufre de hambre, lo cual no es nuevo en aquella región y oh sorpresa con la ligera acusación el Estado es responsable de que se mantengan así, o sea, sabiendo de que esta área al igual que toda la franja que compone el llamado corredor seco es inviable para la agricultura de sobrevivencia, para el director de este medio, que es el que escribe dicho editorial, el Estado no ha hecho lo suficiente y por supuesto son los responsables de esas 18 muertes.
A estos periodistas no se les puede señalar de ignorantes porque no lo son, ser manipuladores sería más indicado para calificarlos, a ver, la mitad de la afirmación es válida, esta región es pobre como todas las regiones donde la agricultura de sobrevivencia prevalece, de ahí que sea eso, agricultura para no morir de hambre, sin embargo, esta región ha sido explotada mediáticamente por tal condición por medios, ongs y la misma iglesia católica. Muchas de estos vecinos han hecho de asistencia alimenticia la forma de sustentar sus necesidades de ahí que sigan viviendo en ese lugar porque la “ayuda” no deja de llegar.
Concuerdo con que el Estado por presión de todos esos entes se le ocurrió la idea de que podía solventar el hambre, y con tantos y tantos programas lo único que hicieron fue solventar el hambre de funcionarios, asesores (muchos de ellos reconocida gente de izquierda) y mucho dinero de contribuyentes, pero el editorial de Prensa Libre falla afirma que el problema se solucionaría si le prestaran mas atención al área, o sea, que se destinara mas dinero y ¿para qué? Para regalar comida, mejorar la vivienda, alcantarillados y distribución de agua a una región que no representa una opción viable para desarrollarse.
Toda la ayuda destinada a las familias pobres da un mensaje erróneo, a la usanza de los pregoneros de reformas agrarias, “quédense ahí, no se muevan, el Estado y la caridad les darán de comer”, así es nada mas pernicioso que machacarle en la conciencia a adultos y ciudadanos plenos que son incapaces de salir por sus propios medios, que deben de prevalecer en el lugar para resistir, dicho esto por quienes no tienen problemas para ir a comprar a un mercado o almacén en la ciudad de Chiquimula o bien la capital.
¿Quién tiene la culpa? Pues en principio el conductor del vehículo, en segundo plano la Ong en cuestión que ya no se moviliza hasta la comunidad, como antaño hacían vaya sino porque pedir dinero para comprar vehículos todo terreno, y aun cuando suene como un acto de terrible paternalismo y dependencia a un inicio esas ongs lo hacían, pero luego se dieron cuenta que no era lo indicado y bueno llevar todo a la cabecera municipal era lo más que podían hacer.
Claro el Estado es también responsable, pues porque sigue presupuestando dinero para ese lugar y todo se ha queda en pagar personal “profesional” además porque hasta ahora no se ha procesado legalmente por negligencia a ningún padre o madre que observan como sus hijos desfallecen ante sus ojos, claro es mejor asumir la responsabilidad social que señalar la personal por razones políticas.
Y claro, la responsabilidad de la prensa y no porque hayan dado cobertura a esta lamentable noticia, que bueno que lo hacen y muestran la magnitud de la tragedia, sino por ese editorial maniqueo que sigue imponiendo la narrativa de que el hambre se resuelve con alimentos, y aunque suena lógico es lo menos razonable porque crea dependencia y paternalismo.




































