Julio Abdel Aziz Valdez
Pocas veces en el mundo registrar una marca publicitaria y posicionarla ha salido tan caro como es el caso del llamado genocidio en Guatemala y sus variantes como el Genocidio Maya, el Etnocidio o el Ecocidio, sin mencionar al Femicidio que logró colarse en el juicio Sepur Zarco.
Esto ya no es una discusión académica y tampoco procesal legal, al imponerse como dogma lo único que queda es aceptarlo, rechazarlo sería ir contra del “lado correcto de la historia”. En fin, mucho se ha publicado al respecto, pero la discusión sigue siendo algo lejano.
Pues bien, este proceso electoral 2023 entre la diversidad de candidatos, colores a más no poder surge una controversia que calza cabalmente en tal afirmación. Nuevamente el genocidio es usado como discurso, esta vez para descalificar a una de las candidatas a la presidencia, por cierto, una de las que están en punta en la predilección del voto.
Como sabrán el Registro de Ciudadanos invalidó la inscripción de los candidatos del partido de ultraizquierda etnicista MLP, Thelma Cabrera líder indígena y del exprocurador de derechos humanos Jordán Rodas, el cuestionamiento iba en torno a una norma aplicada a todos los candidatos y que el señor Rodas no cumplió, esto invalidó la decisión tomada por asamblea del partido.
Para imponer la narrativa se contrapone la aceptación de la candidatura de Zuri Ríos, hija del General Efraín Ríos Montt presidente de facto en 1982, antes que se promulgara la constitución vigente de 1986, que no solo no tuvo actuó en los eventos que llevaron al poder a su padre, sino que tampoco formo parte del efímero gobierno, pero que en la actualidad se intenta anteponer a la figura de la líder indígena como si se tratase de: 1. El doble rasero de las autoridades “racistas”, 2. La paradoja clásica del la mujer humilde indígena frente al poder ladino, y 3. La “hija del genocida” frente a la representante de las víctimas del genocidio, así es, se cree que el supuesto acto criminal es heredable a la descendencia, lógica usada por quienes cuestionan el racismo (nada más contradictorio)
A pesar de que ha quedado claro el hecho de que la no aceptación de la candidatura del binomio del MLP no tiene que ver con su candidata a presidente, (con todo y que dicha candidata es señalada de formar parte de una estructura delincuencial esto no consta en denuncias penales), por lo que tendría el camino despejado.
Sin embargo, la dirigencia del MLP apostó por un personaje opaco y con acusaciones penales en su contra para acompañarla, un error de cálculo que dio al traste con su propuesta, o sea la responsabilidad estuvo completamente en esos dilectos dirigentes del partido.
No pudiendo entonces enfrentar este entuerto legal lo hacen desde la manipulación discursiva. En vez de compararse con todo el abanico de candidatos que actualmente están inscritos, y que en teoría tendrían las mismas posibilidades de llegar a la presidencia, opta por hacerlo con quien guarda una diferencia que es entendida y comprendida por la izquierda, los que se identifican con la marca, el spot publicitario, el jingle. El llamado genocidio que no es más que el recurso de la victimización que apunta a fortalecer la decisión del militante, que con mas determinación invade fincas, roba fluidos, bloquea carreteras y amenaza a sus propios congéneres con la “violencia justa”.
En estas elecciones no es para elegir entre el bien y el mal, sino como todas las anteriores, en decantarnos por quienes creemos que nos pueden mejor guiar al desarrollo, y para ello vemos trayectorias y analizamos propuestas, pero si disponemos el evento para resolver nuestros enojos y ansias de venganza entonces la democracia de nada sirve, y aun cuando nos resulte desagradable el hecho de que hayan muchos candidatos, varios de ellos de izquierda, forma parte de la manifestación de la ciudadanía por conquistar su propia voz, el autoritarismo que se muestra en actos de violencia “justa” no tienen cabida y ojala estos actos tengan su consecuencia en las urnas.




































