En la era de la inteligencia artificial, el poder y la capacidad de ChatGPT son innegables. Con su última versión, GPT-4, se ha convertido en un sistema inteligente que responde prácticamente a cualquier pregunta, gracias a su capacidad para comprender el lenguaje natural y procesar grandes cantidades de datos. Sin embargo, estas características impresionantes también plantean preocupaciones legítimas sobre la influencia y la gestión de la información por parte de ChatGPT.
Redacción Perspectiva
Según expertos en derecho digital, el desconocimiento sobre el uso real de los datos es en sí mismo un riesgo. Ellos, advierten sobre los posibles riesgos de protección de datos y el incumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), especialmente en relación con la transferencia de datos personales no autorizados fuera de la Unión Europea.
La opacidad de los sistemas basados en inteligencia artificial (IA) es otro tema de preocupación. Estos sistemas suelen comportarse como cajas negras, ya que no conocemos cómo aprenden y toman decisiones. Esto plantea desafíos en términos de comprensión, control y ética.
En cuanto a la eliminación de información personal, no existe una forma automatizada ni inmediata de hacerlo. Las conversaciones registradas con el sistema, junto con los datos de registro del usuario, se almacenan según la política de privacidad de la compañía.
OpenAI ha habilitado un formulario para que los usuarios soliciten acceso y eliminación de sus datos, pero incluso después de completar este proceso, OpenAI advierte que puede que no sea capaz de eliminar la información.
OpenAI afirma que no utiliza los datos personales con otros fines que no sean la mejora de sus sistemas, pero su política de privacidad advierte sobre la posibilidad de ceder los datos a terceros sin avisar al usuario. Esta falta de transparencia sobre el tratamiento de los datos genera incertidumbre y puede poner en riesgo la privacidad del usuario.
Ante esta realidad, los usuarios deben hacer un uso consciente de la información que consultan y considerar los riesgos asociados. Algunos incluso sugieren no proporcionar información personal por precaución. Es importante tener en cuenta estas consideraciones y evaluar cuidadosamente el uso de herramientas como ChatGPT en relación con las normativas de protección de datos, como el RGPD.