La diputada de Winaq y abogada Sonia Gutiérrez; comenta los sucesos del domingo recién pasado, cuando diferentes organizaciones sociales manifestaron para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Dos características diferencian esta manifestación de años anteriores: una concurrencia significativa de grupos mixtos y una “acción de empapelado” que no ha sido reivindicado pero evidencia las divisiones de la izquierda.
Roxana Orantes Córdova
La mañana del domingo estuvo marcada por hechos violentos que, paradójicamente, pretenden reivindicar la oposición a la violencia machista. El movimiento feminista guatemalteco cada vez se acerca más al “feminismo de tercera ola”, caracterizado porque presenta a las mujeres como personas inermes ante el poder de la civilización patriarcal, al tiempo que convierte a los hombres en violadores y asesinos potenciales.
El feminismo de tercera ola gira en torno a reivindicaciones muy puntuales: el aborto gratuito, legal y hasta etapas avanzadas de la gestación; la promoción de la diversidad sexual y la satanización del “macho opresor”, una figura monstruosa que sustituye al hombre compañero, padre, esposo o hijo, por un salvaje violador y agresor.
Según los preceptos de este feminismo, todas las mujeres deben mantenerse en constante estado de pánico y alerta. Los posibles violadores acechan en todos los rincones: desde el transporte público a la casa. Presentar al hombre como un enemigo es un hecho que se expresa en algunas de las pintas dejadas ayer en diferentes paredes de la capital guatemalteca. Una de estas dice: “Mata a tu padre, a tu esposo y a tu hermano”.
La agresividad de las consignas pintadas contrastó con la fuerte presencia masculina en la caminata. Este elemento parecería mostrar que dicha marcha no fue un evento de las feministas de tercera ola, sino más bien una caminata en la que participaron organizaciones mixtas y descendientes de la URNG, como el CUC, que tuvo una participación visible.
Es de mencionarse que este año la cifra de participantes se incrementó ostensiblemente, alcanzando unas 3,000 personas, explica la diputada Gutiérrez, quien señala que Winaq no es parte de la Coordinadora 8 de Marzo, pero que siempre participan como miembros de la sociedad civil.
Sangre en las gradas de la Municipalidad
Como para figurar un río de sangre, organizaciones de mujeres derramaron pintura roja en las gradas de la Municipalidad Capitalina, en alusión a las muertes violentas de mujeres, que ellas llaman “femicidios”, para diferenciarlas de los homicidios.
Un dato que vale la pena mencionar, es que según el INACIF, esa institución realizó 3,226 necropsias de personas muertas por heridas de bala. De estas, 2,818 eran hombres, 407 mujeres y un infante, indica el informe que se encuentra en la página de esa institución.
Además de esta acción que ha sido considerada vandalismo, hubo pintas en diferentes paredes de instituciones públicas y privadas: iglesias, oficinas del Estado, paradas de Transmetro y la panadería San Martín, en la mira de los grupos izquierdistas desde que permitió que en 2018, grupos pro vida pegaran una invitación a la marcha pro vida de septiembre de ese año, manifestación que congregó a 250 mil personas.
“Las muertes violentas de mujeres son sumamente indignantes y es un hecho que tiene mucho contenido internacional. Fueron varios países, entre estos México, donde se realizaron actos de repudio contra estos casos. En el mundo hay indignación contra la violencia y en Guatemala, esta preocupación se manifiesta en la participación de organizaciones mixtas. La lucha por la igualdad es de todos, no solo de las mujeres”, expresa Gutiérrez.
“No justificamos la agresión al patrimonio ni fuimos parte de estos actos, pero consideramos que existe demasiada indignación y que no debe tolerarse más violencia contra las mujeres”, comenta.
¿Otra ruptura en la izquierda?
El agresor eres tú es el nombre de una “denuncia pública” que consistió en pegar fotografías de poco más de 20 hombres a quienes el anónimo señala de “agresores”. De todas las profesiones y etnias, destacan por ejemplo Daniel Pascual, figura emblemática del Comité de Unidad Campesina (CUC), y Carlos Aldana, un pedagogo vinculado a la ODHAG y quien ha sido columnista en medios durante años.
Pero también hay artistas, como Paulo Alvarado, quien más de una vez ha pedido que el tema se solvente ante las autoridades; Benvenuto Chavajay: Además, periodistas, historiadores y diferentes aliados de las organizaciones feministas, con las que comparten la filiación izquierdista.
Una versión no confirmada indica que la agencia de noticias virtual Prensa Comunitaria, habría recibido las denuncias de diferentes mujeres y promovido la impresión de los volantes, así como la acción de denuncia anónima organizada por la Coordinadora 8 de Marzo.
Aparentemente, el trasfondo de esto es la discrepancia entre diferentes grupos de izquierda que disputan el poder en varios ámbitos: ONG´s, medios de comunicación izquierdistas que no adoptan “la agenda” , grupos feministas y organizaciones campesinas donde priva la dirigencia masculina.
Todo indica que estamos ante una nueva ruptura en la izquierda. Se nota en las descalificaciones entre ellos en las redes sociales y en las divisiones políticas. Pareciera una guerra por el posicionamiento y el financiamiento.
Sobre todo, considerando que muchos de los señalados en el anónimo son personas serias, profesionales con trayectorias intachables en sus campos y de cierta manera, emblemáticos para una izquierda que nuevamente se fragmenta, ahora al calor del “Me Too”.
El tema es demasiado controversial y la izquierda se caracteriza por mantener el hermetismo, pese a que hace décadas no resulta “peligroso” ser izquierdista. En esta línea, una integrante de la Coordinadora 8 de Marzo a quien localizamos a través de los datos que aporta el Facebook de la coordinadora citada, se negó a aportar información, sabiendo que se les mencionaría.
“Se puede complicar la situación. No queremos caer en provocaciones ni motivar más discrepancias. No hemos tenido reunión para evaluar la situación”, dijo esta mujer, del grupo Plataforma 51.
Perspectiva logró contactar a uno de los 20 hombres denunciados de forma anónima. “Considero que esto pudo provenir de grupos ultraderechistas que conocen de estos odios reales o imaginarios”, menciona.
Sin embargo, en el transcurso de la conversación, reconoció que el tema también podría estar originado en discrepancias internas de las izquierdas.
“Ciertamente, en el movimiento feminista existen fracturas y divisionismos. Es muy duro ser señalado, siendo un aliado de la misma causa. Entiendo que uno como hombre puede tener esas actitudes, pero a grandes rasgos, no como un agresor o violentador. Es curioso que personas no identificadas llegaron a entregar los papeles donde nos señalan. No se los entregaron a todos, sino solo a ciertas activistas».