El Senado de Estados Unidos confirmó este jueves a Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud de la administración Trump, a pesar de las dudas sobre sus opiniones sobre las vacunas. Kennedy, de 71 años, es un defensor de la visión de «Hacer que EEUU vuelva a ser saludable» y tomará el control de 1,7 billones de dólares en gastos federales, recomendaciones de vacunas y seguridad alimentaria, así como programas de seguro médico para aproximadamente la mitad del país.
Redacción Perspectiva
Los republicanos apoyaron a Kennedy con 52 votos a favor y 48 en contra, mientras que todos los demócratas se opusieron a su nombramiento. El senador por Kentucky Mitch McConnell, que tuvo polio cuando era niño, fue el único voto por el «no» entre los republicanos.
"@RobertKennedyJr is going to lead a great national mission to MAKE AMERICA HEALTHY AGAIN… I think he's going to do things that will really make us very proud." –President Donald J. Trump 🇺🇸 pic.twitter.com/RhP0SU7DFD
— President Donald J. Trump (@POTUS) February 13, 2025
Kennedy ha sido una figura polémica debido a sus opiniones sobre las vacunas y su relación con la organización sin fines de lucro que demandó a los fabricantes de vacunas durante la pandemia de COVID-19. A pesar de esto, ha prometido no hacer cambios en las recomendaciones existentes sobre vacunas y ha asegurado que está «en una posición única» para revivir la confianza en las agencias de salud pública.
La confirmación de Kennedy como secretario de Salud ha generado preocupación entre los demócratas y los expertos en salud pública, quienes temen que sus opiniones sobre las vacunas puedan afectar la salud pública en el país. Sin embargo, los republicanos han adoptado en gran medida la visión de Kennedy de «Hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable» y han ordenado a las agencias de salud pública que se centren en enfermedades crónicas como la obesidad.
Kennedy asumirá el control de la agencia en medio de una reorganización masiva del gobierno federal, liderada por el multimillonario Elon Musk, que ha cortado miles de millones de dólares de los contribuyentes en fondos de salud pública y ha dejado a miles de trabajadores federales inseguros sobre sus trabajos. El NIH ha anunciado que limitará los miles de millones de dólares que se destinan a la investigación médica y al cáncer, y Kennedy ha pedido una reestructuración del personal del NIH, la FDA y los CDC