Orlando López ¿héroe o villano? es el debate que desde ayer movió opinión en redes sociales, donde un grupo lo presenta como víctima de una retorcida venganza, mientras otros señalan que además de arrollar a un individuo y darse a la fuga, López cometió abuso de autoridad. Raúl Falla, criticado fuertemente por los partidarios del ex fiscal de Derechos Humanos, explica por qué considera que hubo más de un delito en las acciones de López.
Roxana Orantes Córdova
«Hubo un claro abuso de autoridad», señala el querellante, quien explica que la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), solicitó la orden de captura debido a que existen suficientes indicios. «El martes próximo a las ocho treinta de la mañana será la audiencia, esperamos que se respete el debido proceso».
Según informa, el capturado no es un «prócer y defensor de derechos humanos», sino un abogado que luego de ser suspendido de sus funciones por muchos indicios de un grave delito, terminó trabajando como consultor jurídico en la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHA), aunque no había abandonado su puesto en el MP, lo que lo convirtió en «parte y juez».
Lo anterior, indica, porque la ODHA fue uno de los querellantes en un proceso donde López fue fiscal. Como consecuencia de un accidente de tránsito en el que se le señaló de homicidio, López fue suspendido del Ministerio Público (MP), por Thelma Aldana, quien eligió no destituirlo, narra Falla.
Según indica, los fiscales en ejercicio de su cargo no pueden trabajar como abogados y/o notarios, y en el caso de este fiscal, realizó ambas actividades, violando la ley. «Lo vimos como defensor de Juan Francisco Solórzano Foppa en el caso de Karina de Rottman, y supimos que también realizó varias escrituras notariales. Lo más grave fue su asesoría a la ODHA. Eso es insólito, porque como fiscal se convirtió en asesor jurídico del querellante. Era juez y parte, en franco abuso de autoridad».
Ahora, indica Falla, su abogado defensor es el abogado Reyes Chitín, quien también es de CALDH, una ONG que también fue parte en el juicio de «genocidio». Esto es un indicio de la componenda entre «defensores de derechos humanos» y el fiscal, señala.
«Hoy está en Matamoros. Está pendiente también que se retome el caso de Zacapa, retenido hace seis años, porque no se entregó toda la evidencia», indica.
Hace seis o siete años, en Zacapa…
«Hace seis o siete años, el entonces jefe de la fiscalía de Derechos Humanos, encargado de velar por los derechos humanos de los guatemaltecos, atropelló a Elmer Aldana Pesquera, fallecido a consecuencia de los golpes, y no se dignó a bajar del vehículo siquiera para prestarle atención», señala el abogado.
Según indica, López manejaba un Toyota Hilux propiedad del MP, aunque no acudió al seguro institucional para repararlo, sino a un taller particular.
«El hecho se produjo entre los kms 120 y 121 de Teculután, Zacapa. El fiscal iba en grave estado de ebriedad, según testigos. Luego de atropellar a Aldana, se dio a la fuga junto con sus agentes de seguridad, a quienes señaló de haberlo inducido a fugarse».
Falla menciona que según la investigación, el luminol encontró rastros de sangre en el vehículo. Esto, además de testimonios y otras pruebas, convirtieron a López en sujeto de proceso. Aunque capturado, la investigación se detuvo y posteriormente, el fiscal comenzó a trabajar en organizaciones defensoras de derechos humanos, finaliza el entrevistado.