La digitalización ha dejado una profunda huella en la forma en que las organizaciones operan y se desarrollan en la actualidad. Este fenómeno no solo se limita a la adopción de nuevas tecnologías, sino que también trasciende hacia la transformación de la cultura organizacional en su totalidad. La convergencia entre la digitalización y la cultura empresarial ha dado lugar a una interacción dinámica que redefine la manera en que los equipos colaboran, los líderes dirigen y los empleados se relacionan con su entorno laboral.
En esta breve exploración, entrevistamos a Raymond Schefer, quien es profesor del Faculty de ADEN International Business School y examinaremos cómo la digitalización influye en la cultura organizacional y cómo las empresas están adaptando sus valores, prácticas y enfoques para prosperar en esta era digital.
Por Gerber Consuegra
¿Qué significa ser digital en la actualidad?
Hay muchas interpretaciones sobre lo que ser digital implica, pero desde mi perspectiva, ser digital implica un cambio fundamental en la forma en que vemos el mundo, trabajamos y organizamos nuestras empresas. Para mí, ser digital es un cambio de mentalidad y enfoque que abarca tres aspectos esenciales: propósito, cultura y procesos.
En cuanto al propósito, ser digital significa tener un propósito claro y enfocado, donde el cliente se convierte en el centro de todas las decisiones y acciones. Se trata de generar valor en cada interacción con el cliente y en cada paso que damos.
En relación a la cultura organizacional, ser digital se traduce en una cultura transversal de participación, colaboración y comunicación. Es una cultura en la que todos los miembros de la organización pueden contribuir y trabajar juntos para definir el futuro de la empresa. Esta cultura también abraza la posibilidad de cometer errores y aprender de ellos, convirtiendo el error en una parte fundamental del proceso de aprendizaje.
En términos de procesos, ser digital implica la adopción de procesos ágiles y flexibles que permitan a las personas involucrarse y tomar decisiones. Se trata de dejar atrás los modelos autocráticos y permitir que los equipos sean empoderados para resolver problemas y tomar decisiones de manera efectiva.
En un mundo en constante cambio y evolución, ser una empresa digital se ha convertido en una necesidad para adaptarse y prosperar. Las empresas digitales se enfocan en la innovación, la adaptabilidad y en aprovechar las tecnologías para transformar la forma en que operan y se relacionan con sus clientes.
¿Qué cambios trae consigo la digitalización en la forma en que las organizaciones operan y funcionan?
La digitalización ha sido un proceso en marcha durante más de dos décadas, y su impacto en las organizaciones es innegable. Sin embargo, es importante entender que la digitalización no es simplemente la incorporación de tecnología, sino un cambio profundo en la mentalidad y enfoque de las empresas.
En cuanto a cómo han cambiado las organizaciones, la digitalización ha impulsado una transformación en la forma en que las empresas se relacionan con sus clientes y cómo generan valor para ellos. Ya no basta con tener herramientas tecnológicas, sino que la verdadera transformación radica en comprender quiénes son nuestros clientes, cuáles son sus demandas y cómo podemos servirles de la mejor manera posible.
En relación a la diferencia entre empresas digitales y no digitales, es importante destacar que la digitalización no se traduce automáticamente en ser una empresa digital. Las organizaciones digitales no solo utilizan tecnología, sino que también tienen una mentalidad orientada al cliente y un propósito claro.
Con respecto a cómo convivirán diferentes tipos de empresas en el futuro, es probable que veamos una coexistencia de empresas más digitales y otras con un mayor componente analógico. Aunque la tecnología juega un papel crucial, aún es esencial el contacto humano y las relaciones interpersonales. Por ende, las organizaciones deberán encontrar un equilibrio entre lo digital y lo humano.
En cuanto a los cambios en los valores, la comunicación y las normas en las empresas, la digitalización puede influir en estos aspectos, pero no necesariamente cambia los valores fundamentales. Lo que cambia es la forma en que se comunican y aplican esos valores en un entorno digital. La digitalización puede fomentar una comunicación más rápida y transparente, pero también presenta desafíos en términos de privacidad y ciberseguridad que deben ser abordados.
¿Cuáles son los desafíos que enfrentan las empresas en el futuro?
Los desafíos a los que se enfrentan las empresas en el futuro son significativos y diversificados. Uno de ellos es el concepto de «greenwashing», donde algunas empresas podrían realizar acciones superficiales para mejorar su imagen sin un compromiso real hacia la sostenibilidad. Es importante que las acciones sean genuinas y alineadas con los valores de la empresa. La descarbonización y la reducción de la contaminación son también desafíos importantes que algunas empresas están abordando de manera más avanzada que otras.
En relación a la digitalización y el lugar de trabajo, la digitalización ha llevado a la automatización de tareas repetitivas y de bajo valor agregado. Esto impulsa a las organizaciones a redefinir los roles y a fomentar la colaboración y resolución de problemas. La inteligencia artificial y las herramientas tecnológicas han revolucionado este proceso, pero es esencial que las empresas brinden capacitación y empoderamiento a sus empleados para adaptarse a esta nueva forma de trabajar.
Sobre la adaptación de las personas a estos cambios, la transformación digital es un proceso continuo. La adaptación no solo depende de los individuos, sino también de las empresas, ya que ambas partes deben evolucionar en conjunto. Las empresas deben fomentar un cambio desde tres perspectivas: cognitiva, política y social. Desde el punto de vista cognitivo, es importante comprender la necesidad del cambio. Desde lo político, debe existir un consenso y dirección desde la alta dirección. Y desde lo social, las personas deben estar capacitadas y empoderadas para abrazar lo digital.
En cuanto a la comunicación y el contacto humano, la digitalización no necesariamente reemplazará la comunicación cara a cara, ya que seguimos siendo seres humanos que necesitan la interacción personal. Aunque la comunicación digital ofrece eficiencia, el contacto humano sigue siendo esencial para construir relaciones de confianza y fomentar un trabajo en equipo más efectivo.
En el ámbito laboral, es importante encontrar un equilibrio entre lo digital y lo humano. La transformación digital debe ser acompañada por una cultura organizacional sólida y valores claros que guíen las acciones y decisiones. Las empresas deben ser conscientes de que la digitalización no es solo implementar tecnología, sino crear un ambiente que permita el desarrollo personal y profesional de los empleados.
¿Cuáles son algunas barreras que enfrentamos en el camino hacia la digitalización?
En efecto, existen diversas barreras en el camino hacia la digitalización. Estas barreras abarcan desde los desafíos internos dentro de las organizaciones hasta las resistencias al cambio por parte de las personas. El proceso de transformación digital implica cambios profundos en la cultura organizacional, en las mentalidades y en los roles que desempeñamos.
En lo que respecta a las organizaciones, una de las barreras es el cambio de cultura y mentalidad que se requiere. Superar la resistencia al cambio y dejar atrás paradigmas antiguos puede ser desafiante. Además, la adaptación de los procesos internos para funcionar en un entorno digital puede ser un proceso complicado y demandante.
Desde la perspectiva de las personas, la resistencia al cambio es un factor importante. El miedo a lo desconocido y a la tecnología puede llevar a que las personas se sientan incómodas o inseguras ante la digitalización. Es crucial brindar capacitación y empoderamiento para que los empleados se sientan seguros y competentes en este nuevo entorno.
En cuanto a la inteligencia artificial, es esencial entender su papel y sus límites. La inteligencia artificial es una herramienta poderosa que puede agilizar procesos y resolver problemas, pero no reemplaza la creatividad humana y el valor añadido que aportamos a través de nuestra experiencia y conocimiento únicos.
Con respecto a la evolución de la cultura organizacional, a medida que la digitalización avance, se espera que la cultura se adapte para abrazar la agilidad, la colaboración y la innovación. Las organizaciones deberán fomentar un ambiente donde el aprendizaje constante sea valorado y donde los roles se redefinan en función de las necesidades digitales.
En el futuro, la cultura organizacional evolucionará hacia una mentalidad más abierta al cambio y a la experimentación. Habrá un mayor énfasis en la adaptabilidad, la creatividad y la colaboración en equipos multidisciplinarios.
¿Qué consejos les daría a las organizaciones que intentan mantener una cultura sólida mientras se adaptan a los cambios digitales?
Definitivamente, es un equilibrio delicado entre mantener lo que ya funciona y apostar por el futuro. Aquí es donde la estrategia y la visión a largo plazo son clave. Imaginemos un escenario con dos líneas: la actualidad y el futuro. En la línea de la actualidad, es esencial seguir nutriendo lo que ya funciona, lo que nos da de comer, lo que ha demostrado ser valioso. Esto incluye mantener las operaciones actuales y cuidar la cultura organizacional que ha sido una base sólida.
Sin embargo, en paralelo, es vital comenzar a pensar en invertir en el futuro, en la línea del cambio digital. Este enfoque dual permite asegurar el presente mientras se prepara para las transformaciones futuras.
Un consejo crucial es mantener una mentalidad abierta y flexible. No caigamos en la trampa de negar la realidad que se nos presenta. Invertir en la exploración de nuevas tecnologías y oportunidades, nos permite estar preparados para cambios que podrían ser disruptivos en el futuro.
Recuerda que el cambio es una constante y que aquellos que se adelanten tendrán la ventaja en la carrera hacia el futuro.
¿Cuál es el papel fundamental de los líderes en fomentar una cultura que abrace la digitalización?
El rol de los líderes en este contexto es absolutamente esencial. Podríamos decir que el liderazgo se convierte en una piedra angular para guiar a la organización hacia un futuro digital exitoso. Los líderes deben trascender el antiguo modelo de gestión autoritaria y transformarse en facilitadores, guías y catalizadores del cambio. El liderazgo ya no se trata de mandar, sino de empoderar.
En este sentido, los líderes deben adoptar un enfoque que fomente la autonomía y la innovación. Se trata de cultivar un ambiente donde los equipos tengan la libertad de descubrir y aprender por sí mismos, de cometer errores y levantarse más fuertes. Este estilo de liderazgo es como enseñar a un niño a caminar: permites que caiga, pero estás ahí para alentar y apoyar su aprendizaje.
El líder debe ser un guía, alguien que aliente a los equipos a explorar nuevas tecnologías y formas de trabajo. Debe ser alguien dispuesto a escuchar, especialmente a las voces jóvenes que pueden aportar perspectivas frescas y creativas. La capacidad de escuchar y aprender de los demás es clave en un mundo digital en constante evolución.
De cara al Futuro Digital
Es importante reconocer que lo que estamos experimentando hoy es el resultado de decisiones y desarrollos pasados. Sin embargo, el futuro seguirá siendo diferente y lleno de oportunidades. Mantener una mentalidad abierta y flexible es fundamental. No aferrarse a los éxitos pasados ni obsesionarse con el presente, sino estar dispuesto a aprender, a reevaluar y a adaptarse.
La humildad es un activo valioso en esta travesía hacia lo digital. Las organizaciones deben estar dispuestas a cuestionar lo que han hecho hasta ahora y a reinventarse si es necesario. Reconocer que el camino futuro puede ser diferente y que las soluciones del pasado no garantizan el éxito en el futuro es un gran paso.
En última instancia, los líderes son los encargados de crear y mantener una cultura abierta a la transformación. Su capacidad para guiar a la organización a través de la digitalización determinará en gran medida el éxito de la adaptación. Alentando la colaboración, el aprendizaje continuo y la humildad, los líderes pueden llevar a sus equipos hacia una era digital llena de posibilidades.