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lunes, junio 23, 2025

El buen uso del concepto “seguridad”

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Por: Issya de León, FIDELIS

El tema de seguridad ha caracterizado a los partidos políticos en Guatemala desde las Elecciones 2011. Empezando con el Partido Patriota y su slogan de “Mano Dura”. Esta campaña política tuvo efecto sobre los votantes por una necesidad de un “padre salvador” que pusiera fin a la inseguridad del país. El candidato en su propuesta hablaba de reformas y de capacitación al personal de la Policía Nacional Civil, entre otras promesas y escenarios prospectivos muy positivos para una mejora en los indicadores de seguridad. Lamentablemente, no fueron cumplidas y las necesidades de la población persisten.


Las Elecciones 2015 no se distancian tanto de éste panorama, los candidatos en sus propuestas siguen ofreciendo reformas, capacitación, parar el narcotráfico y demás. Desde elevar el nivel académico a cuatro años a los agentes de la Policía Nacional Civil,  construcción de escuelas, descentralizar las fuerzas de seguridad, entre otros».


¿De dónde surge esta inseguridad? ¿Dónde se encuentran las raíces?

Guatemala se ha caracterizado por sus niveles de inseguridad desde años atrás, las relaciones sociales han sufrido una ruptura por una lucha de intereses y desigualdad de oportunidades, entre otras variables determinantes en este proceso. Los Acuerdos de Paz marcan el inicio de un proceso de democratización así como de control de la seguridad de parte del Estado, en el que el Ejército ya no forma parte imperativa del control de la sociedad civil como ente regulador.

En la actualidad, la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad reportó un total de 780 muertes violentas a nivel nacional, 892 heridos en hechos violentos, 1092 robos de motocicletas y 723 robos de vehículos, entre enero y febrero del año 2015. [1] Lo que evidencia que el progreso en seguridad del país ha sido lento y no ha significado una mejora relevante para la población.

Sin embargo, dadas las amenazas que surgen en el Conflicto Armado Interno, sumado a la violencia e inseguridad en el país, surgen empresas de seguridad privada, con el objetivo de complementar al Estado y dar seguridad a sectores específicos de la sociedad: desde servicios individuales hasta empresariales. La mayoría de los dueños de dichas empresas formaron parte del ejército, por lo que la estructura de seguridad en un gran porcentaje de éstas es de tipo militar.

La falta de un marco legal encargado de regular a dichas empresas generó una crisis entorno a su operación, repercutiendo tanto en la demanda del servicio, así como en la sociedad civil que no se encuentra solicitando y haciendo uso del mismo. Los casos en los que los agentes de seguridad privada se han visto disparando rifles, o algún otro tipo de arma sin siquiera contar con aprobación de la Dirección General de Control de Armas y Municiones –DIGECAM- se han ido incrementando.

La necesidad de que el Estado regulara a la seguridad privada nace de poder mantener un control tanto de las armas, así como del personal capacitado para prestar dichos servicios de seguridad. Los dueños de las empresas de seguridad privada han tenido que modificar su reglamento interno y ajustarse a los requisitos de la Dirección General de Servicios de Seguridad Privada –DIGESSP-, así como a los de la Dirección General de Control de Armas y Municiones –DIGECAM-.

Sin embargo, es necesario hacer énfasis en la implicación de parte de los ciudadanos en el marco legal y de regulación estatal. Si bien es cierto que la mayoría de grupos sociales no contrata seguridad privada individual, es importante declarar que al menos en una casa por cada cuadra hay un “sticker” de alguna empresa de seguridad de alarmas, alambre espigado, policías en los centros comerciales y hospitales, sin mencionar a los guardaespaldas de individuos en zonas lujosas e incluso colegios.

El objetivo de los contratistas del servicio es generar una percepción de “seguridad”, sin embargo, el concepto se encuentra mal concebido desde un inicio en la sociedad. La seguridad no es tener un arma en casa o a la par de la cama, la seguridad abarca diferentes ámbitos: alimentario, jurídico, laboral o de otra índole. Es una certeza, de no estar desamparado, de brindar un equilibrio, tranquilidad y sobre todo, prevención a todos los escenarios futuros posibles.

La seguridad en Guatemala se ha vuelto un juego sucio de imponer miedo y generar una percepción errónea; se ha utilizado un mecanismo de defensa y no de prevención. Lo que ha generado más violencia y tensión entre los diferentes sectores de la sociedad.

La implicación de la sociedad, así como la necesidad de formular Políticas Públicas de Seguridad efectivas y el fortalecimiento del marco legal, es un paso fundamental para el desarrollo del país.


[1] Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad. (2015). Dirección de Monitoreo y Comunicación: Reporte estadístico enero – febrero 2015. Consultado el 04 de agosto de 2015 por la World Wide Web: http://stcns.gob.gt/docs/Reportes/2015/Reporte_enero_febrero_2015.pdf

 

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