El presidente Trump fue recibido con gran pompa en Doha, Qatar, con vehículos Tesla rojos, camellos y caballos árabes. Allí se reunió con el emir catarí, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, a quien considera un amigo desde mucho antes de entrar en política.
Redacción Perspectiva
Durante su visita, ambos líderes firmaron varios acuerdos para la compra de equipo militar estadounidense, incluyendo 160 aviones Boeing para Qatar Airways, en un acuerdo valorado por el presidente en más de 200 mil millones de dólares.
Sin embargo, la visita ha generado controversia en Washington después de que el presidente anunciara su intención de aceptar un avión de lujo de Catar para reemplazar el actual Air Force One, calificándolo como un «regalo, sin costo». Esta propuesta ha suscitado dudas sobre su constitucionalidad, ética y seguridad en materia de inteligencia.
.@POTUS's motorcade is escorted into Lusail Palace for the Qatari State Dinner 🔥 pic.twitter.com/bh8Hq0Ug3O
— Rapid Response 47 (@RapidResponse47) May 14, 2025
Senadores republicanos han expresado su preocupación por la seguridad del presidente, señalando que Qatar no es un aliado importante y que apoya a Hamás. Han enfatizado que el Air Force One requiere pruebas exhaustivas y análisis detallados antes de ser considerado como el principal medio de transporte presidencial.
Por su parte, senadores demócratas también se han opuesto al «regalo», calificándolo de «soborno» y cuestionando el posible retorno de esta «inversión» por parte del gobierno catarí. Han advertido sobre la negligencia e imprudencia de utilizar un avión donado por un gobierno extranjero, con la complejidad de su cableado, como centro de mando presidencial en situaciones de crisis.
El precio de un Boeing 747-800 nuevo ronda los 400 millones de dólares, y el que Trump recibiría tiene cerca de una década de antigüedad, según el diario The New York Times.
