El tercer vicepresidente del Congreso, Armando Damián Castillo Alvarado, de Visión con Valores (VIVA), es el nombre que se menciona con más insistencia como contendiente del actual presidente, Allan Rodríguez. Castillo ha sido un funcionario con cuestionamientos por manejo irregular de fondos cuando estaba al frente de la Unidad Ejecutora de Conservación Vial (COVIAL)
Redacción Perspectiva
Una alianza inédita se enfrentaría al oficialismo en la disputa por la Junta Directiva del Congreso para la próxima legislatura.
Diputados que se han perfilado como derecha conservadora tendrán a Carlos Barreda (UNE), en la misma planilla, lo que ha motivado algunas críticas desde otro sector de la derecha.
Una planilla variada
Desde hace unos días, en redes sociales se sostiene un férreo debate sobre las alianzas establecidas en el Congreso para la conformación de las planillas.
En el caso de Allan Rodríguez, la identidad de su planilla se ha manejado con total hermetismo, aunque sus detractores especulan que se aliará a uneístas fieles a Sandra Torres.
Una corriente de opinión ubica a Rodríguez como «falso derechista», considerando una hipotética alianza con Torres y su posición a favor del Estado de Calamidad.
Según los medios, la planilla que busca impedir la reelección estaría integrada por:
José Rodolfo Neutze Aguirre (CREO);
Armando Damián Castillo Alvarado (VIVA);
Álvaro Enrique Arzú Escobar (PU) y
Carlos Barreda (UNE),
Esto convierte a dicha alianza en un grupo diverso ideológicamente y donde la mejor parte la tendrán quienes cuenten con más afiliados (y los que tengan más recursos económicos.
Debilidades del grupo encabezado por Castillo
Entre las debilidades está el retorno de Sandra Torres a la política. A mediano plazo podría implicar la salida de algunos uneístas que se ubicaron como opuestos a la líder, quien regresó avalada por el oficialismo, según sus críticos.
De concretarse esta posibilidad, los diputados que se apartaron de Torres no podrán encabezar comisiones ni ser miembros de la Junta Directiva, además de dividir los votos de la fuerza mayoritaria en el Congreso.
Otra debilidad del grupo es lo que parecería ser una fortaleza: la convergencia entre izquierdas y derechas que parecían ser irreconciliables y que en el transcurso del ejercicio del poder, podrían fragmentarse seriamente, dejando en desventaja a grupos como el Partido Unionista (PU), con un bloque de tres diputados.
La sombra de COVIAL
Las alianzas parlamentarias son parte fundamental en el ejercicio de cualquier democracia. Sin embargo, hay alianzas que pueden convertirse en una «espada de Damocles«. Por ejemplo, las históricas discrepancias entre izquierdas y derechas, que en Guatemala viven extraviadas en la Guerra Fría.
O los «muertos en el clóset» de algún actor, que en cualquier momento podrían aflorar, perjudicando la credibilidad de los dignatarios que aspiran a dirigir el Legislativo. Este es el caso de Castillo y su pasado en COVIAL.
En 2016, Castillo fue señalado de ser contratista del Estado, en una citación ante el Congreso. Dicho extremo fue negado por el entonces director de COVIAL.
Un video que circula en redes lo señala de varias anomalías más, entre estas, obtener más de Q.500 millones en el ejercicio del cargo, e invertir en proyectos inmobiliarios, entre estos uno que abarca 42 manzanas y fue construido en un área protegida del Cerro Alux, con la complicidad de autoridades, amparándose en su puesto de Tercer Vicepresidente del Congreso.
De confirmarse estos señalamientos, Castillo aportará, además de su poder económico, un problema serio para el grupo que lo avala.