Abandonar el tratamiento puede disminuir la calidad de vida y afectar la esperanza de vida, señalan especialistas.
Redacción Perspectiva
La pandemia dejó muchas actividades pausadas en el mundo. Sin embargo, la salud es algo que bajo ningún concepto debe ponerse en pausa, señala un comunicado de Janssen, Compañías Farmacéuticas de Johnson & Johnson.
Las enfermedades no se detienen y en el caso de la hipertensión arterial pulmonar, la expectativa de vida de una persona sin tratamiento puede ser de 2.8 años, mientras con un diagnóstico oportuno y el acceso a los tratamientos sin pausa, los pacientes pueden controlar la enfermedad y mejorar su calidad de vida.
Por su naturaleza, la hipertensión arterial pulmonar tiene síntomas discapacitantes y un carácter progresivo y mortal. Ello hace necesario que los tratamientos sean constantes, además de la información y educación sobre la enfermedad, que en 2002 tenía una incidencia de 2.4 casos por millón de habitantes, según un estudio realizado en Francia, donde se indicaba que la enfermedad es más frecuente en mujeres.
23 de noviembre Día Latino de la Hipertensión pulmonar
El 23 de este mes se fijó una fecha para informar sobre la enfermedad en Latinoamérica. Janssen convocó a periodistas de toda la región para que informen sobre la importancia de un diagnóstico precoz, así como los tratamientos oportunos y continuos.
“La hipertensión arterial pulmonar (HAP) es un tipo de hipertensión pulmonar del grupo 1; es una enfermedad grave, progresiva y discapacitante, que se caracteriza por el aumento de la presión en las arterias pulmonares, y que vuelve difícil la actividad que para los seres humanos siempre ha sido sencilla y natural: respirar”, afirma el neumólogo Dr. Tomás Pulido, jefe del departamento de cardio neumología del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chavez en Ciudad de México.
“Debido a que los signos y síntomas son similares a los de otras afecciones cardiacas y pulmonares, la HAP es difícil de diagnosticar. No tratarla o diagnosticarla a tiempo puede dar lugar a una insuficiencia cardiaca, una de las causas más frecuentes de muerte en estos pacientes”, continúa el doctor.
El diagnóstico precoz es uno de los principales retos de los pacientes latinoamericanos. Patricia Avellana, especialista en cardiología, enfatiza sobre la importancia de crear conciencia sobre esta enfermedad en la comunidad médica -internistas, generalistas. “Existen más de 7.000 enfermedades huérfanas, es prácticamente imposible que un médico pueda reconocer todas estas patologías. Dentro de este panorama complejo, es clave dar visibilidad a los médicos sobre la HAP para que sepan referir a los pacientes a los centros especializados, explica la Dra. Avellana.
“Incrementar la red de referencias sería uno de los primeros pasos para lograr que los pacientes inicien sus tratamientos de forma oportuna”, continua. Acceso continuo a los tratamientos innovadores y de calidad, otra de las necesidades insatisfechas de los pacientes con HAP en América Latina.
En muchos países de América Latina, los pacientes diagnosticados con HAP no consiguen los tratamientos oportunos o las terapias innovadoras que pueden detener la progresión de la enfermedad y disminuir la mortalidad. En algunos, solo hay acceso limitado a ciertos medicamentos y en otros solo se consiguen a través de una autorización especial. “Hay una gran oportunidad de crear conciencia y trabajar con los sistemas de salud para que consideren la HAP como una enfermedad prioritaria, y que todos tratamientos estén disponibles de forma continua y sin pausa para los pacientes”, concluye la Dra Avellana.