Trump pierde terreno después de su debate con Kamala Harris y ABC News

El 10 de septiembre ocurrió el primer debate entre Donald Trump y, en principio, Kamala Harris. De inmediato, muchos expertos externaron varias observaciones luego del encuentro.

Por Nicholas Virzi

La moderación fue extremadamente sesgada en contra de Trump
Trump fue bastante indisciplinado y perdió varias oportunidades de atar a Kamala Harris a sus posiciones progresistas radicales.

En perfecta sintonía con los moderadores, Kamala Harris logró su triple propósito de evitar hablar en su acostumbrada e incomprensible manera cantinflesca, ser atada a los fracasos de su propio gobierno y explicar cuál sería su plan de gobierno.

Kamala Harris fue declarada la ganadora del debate por expertos, tanto Republicanos como Demócratas.

Había muchas expectativas para dicho debate. La evidente “estrategia de sótano” (Yahoo) de la campaña de Kamala de esconderla de los medios paró subiendo la presión sobre Kamala para tener un debate en donde no salía noqueada como lo fue Joe Biden a finales de junio.

Desde que había sido la ungida por Joe Biden cuando él anunció el 21 de julio (AP News) que se retiraba de la campaña electoral, Kamala había evitado como si fuera la plaga a cualquier encuentro con los medios que no tuviera guion. Para el mismo debate, la campaña de Kamala había insistido que fuera sentado, con acceso a notas preparadas previamente. A final de cuentas, Kamala claramente superó las expectativas bajas que le habían puesto los medios.

En el debate, ningún participante logró un nocaut. Sin embargo, confiada en que los moderadores harían preguntas que la favorecerían, y que solo disputarían las afirmaciones de Trump, Kamala Harris logró evadir revelar con el más mínimo nivel de profundidad sus posiciones políticas y como se distinguirían del gobierno que ella actualmente representa. Esto es importante, dado que las encuestas venían señalando que estaba en mal posición con los votantes hasta justo antes de su selección como la candidata Demócrata a la presidencia.

Para una campaña que ha tratado de evitar hablar de políticas específicas y enfocarse más en el júbilo y alegría, Kamala tuvo el cometido de evitar hablar naturalmente y, a todo costo, evitar que irrumpiera en su famosa carcajeada nerviosa y chocante. Lo logró.

Trump, por su parte, no pudo evitar su famosa inclinación de desviarse indisciplinadamente y profundizar en temas que no le favorecían, cayendo en las trampas que le tendieron los moderadores al servicio del partido Demócrata una y otra vez a lo largo del debate. Trump tenía la harta obligación de estar preparado para el escenario más probable que los moderadores iban a renunciar cualquier pretensión de imparcialidad, como efectivamente se realizó. Trump falló abrumadoramente en este sentido.

Trump tenía que evitar tratar a Kamala Harris como si fuera cualquier candidato del partido Demócrata. Dado que es mujer, no la podía insultar como él sabía que ella lo iba a insultar a él, y mucho menos como Trump hubiera insultado a Joe Biden, antes de que las élites Demócratas lo sacasen de la contienda electoral. Trump si logró terminar el debate sin insultar a Kamala de manera que lo pintaran como un misógino, pero falló en su cometido de atar a Harris al gobierno Biden-Harris, y también falló en su cometido de evitar ser atrapado en un discurso sobre temas donde tenía que saber que los medios iban a pintar sus posiciones como radicales, inmigración, por ejemplo.

Las recientes encuestas levantadas después del debate señalan que Kamala viene subiendo en las encuestas. Esto después de un aparente estancamiento temporal a principios de septiembre, antes del debate. Según las últimas encuestas post debate, tanto nacional como en los estados bisagra, Kamala tiene ventaja. Sin embargo, la ventaja de Kamala sigue por debajo de lo que tenía Joe Biden en 2020 y Hillary Clinton en 2016 contra Trump a mediados de septiembre en sus respectivas contiendas electorales.

Tanto en 2016 como en 2020, Trump no lideró nunca en ninguna encuesta de cara al día oficial de las elecciones presidenciales en esos años. Sin embargo, Trump ganó la presidencia en 2016, y logró superar los resultados esperados según las encuestas en 2020. Trump paró perdiendo dado que su esfuerzo por maximizar la participación de votantes a su favor no logró superar el esfuerzo exitoso de los Demócratas de maximizar la recolección de boletas.

A todas luces, las elecciones presidenciales de 2024 van a ser reñidas, especialmente en los estados clave como lo serán Nevada, Arizona, Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania, Michigan, Wisconsin, entre otros. Ya New York Times ha advertido que no se sabrán los resultados “el día” de las elecciones en noviembre.

No se puede pronosticar el ganador todavía. Lo único que se puede tomar como cierto es que los centros urbanos con mayoría Demócrata y la mejor tecnología serán los últimos en reportar sus resultados de votación este noviembre próximo, como lo fueron en 2020.

 

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