Que el 2025 nos permita una cultura corporativa sana y con líderes que persiguen la trascendencia positiva del negocio

Termina el año. La reflexión del desempeño que tuvo el negocio es uno de los lujos que permiten los esporádicos silencios de las fechas.

Los resultados suelen ser el centro de atención para quienes están teniendo la oportunidad de estar en ciclos de buen desempeño. Repasarlos, será una satisfacción que, combinada con visualizar lo que puedan representar las inversiones proyectadas, son parte de las ilusiones empresariales que abrazan a muchos en estos días.

Por Manuel Ramírez Archila
Country Managing Partner Guatemala, EY Centro América

En esas reflexiones vale la pena incluir algunas preguntas: ¿Cuál es la cultura predominante en el negocio? ¿Están los “verdaderos líderes” en los roles clave o tenemos solo ejecutores con mínimo aporte a la cultura empresarial? ¿Estamos invirtiendo en la gestión de los datos de forma apropiada para lograr adoptar las mejores prácticas de las empresas data-driven?

Suenan temas aislados, pero todos tienen una conexión importante: la estrategia empresarial.

Cuando los negocios son conducidos directamente por sus dueños, le ponemos poca atención a la relevancia de la cultura empresarial (escala de valores y comportamientos que tenemos entre los equipos y hacia los Clientes). El liderazgo, visión, fuerza, carisma e ímpetu empresarial que estos inyectan son la cultura misma de la empresa. Sin embargo, en la medida que se abren espacios para que externos participen en roles directivos, la cultura puede irse diluyendo al prevalecer el interés por los resultados (algunas veces, a cualquier precio).

Liderazgos “reales” en roles clave tienden a ser críticos en una sana cultura empresarial. Me refiero a quienes tienen la capacidad de motivar, inspirar, transformar, asumir responsabilidades, adaptarse al cambio y fomentar la colaboración. No se trata únicamente de excelentes perfiles académicos administrando tareas. Son los líderes “reales” quienes con sus actos empujan el propósito y valores de la empresa. La ausencia de verdaderos líderes en roles claves puede originar la existencia de silos que, la mayoría de las veces, se enfocan únicamente en su metro cuadrado y no necesariamente expanden buenas prácticas a toda la organización.

Cuando el liderazgo fomenta la cultura empresarial adecuada, el poder de los datos adquiere otra perspectiva: el análisis de qué pasó, qué se anticipa sucederá y cómo podemos incidir en ese futuro tiene otra dinámica. Principalmente porque nos brinda claridad para formular las preguntas correctas desde y hacia todas las áreas.

Para responder las preguntas correctas tendremos que generar datos en los que basemos nuestras decisiones estratégicas. Cuando menos sintamos, estaremos gerenciando organizaciones data-driven que sabrán hacer exponencial el crecimiento sobre el conocimiento que brindan los datos.

Entonces: ¿nuestro éxito empresarial dependerá primordialmente de datos o líderes en roles clave? Pregunta oportuna en estos días donde la Inteligencia Artificial (IA) lo está transformando todo. Yo, apuesto por los líderes haciendo lo correcto en roles clave. Yo apuesto por el valor intangible de la cultura y correcto desempeño de líderes, lo que IA todavía no puede darnos. 

Me parece un buen tema para reflexionar en este fin de año e iniciar el 2025 con perspectivas interesantes. 

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