Así se denomina el club de diputados desertores del partido LIDER -también conformado por desertores de la UNE en su momento- que han decidido, de nuevo, defraudar a la democracia, huir de su bancada y renegar del partido por el que fueron elegidos. Lo que desconocen es que los ciudadanos también PODEMOS ignorarlos, despreciarlos, desecharlos y a algunos, hasta procesarlos.
La limpieza política que se lleva a cabo, por presión ciudadana, seguramente enfrentará esta nueva prueba de transfuguismo camaleónico-político de quienes se creen pueden engañar al votante y golpear continuamente el Estado de Derecho y la propia democracia».
Esas mañas no pasan y hay que tomar medidas o los corruptos, que no son pocos, terminaran regenerando la cabeza cortada de las viciadas hidras políticas. Aquí no ha terminado la limpieza que comenzamos hace unos meses y lejos de pensar que todo está hecho, resurgen este tipo de personajes y actuaciones que ponen de manifiesto la necesidad de seguir presionando, especialmente a los diputados que no terminan de ver las barbas de su vecino cortar.
PODEMOS reclamar nuestro derecho de ciudadanos de que no nos vuelvan a engañar esos políticos carentes de ética ni principios.
PODEMOS denunciarlos continuamente hasta que de verdad renuncien a su curul o respeten aquel partido por el que fueron elegidos.
PODEMOS callar y darles la oportunidad de que sigan haciendo de las suyas o, por el contrario, PODEMOS dejarles las cosas claras de una vez para siempre y que no sigan incumpliendo con los votantes, cuando no delinquiendo.
PODEMOS -y debemos- fiscalizarlos más estrechamente de manera que sus suntuosos gastos, sus despilfarros y sus risas cómicas dejen de tener como blanco y objetivo al ciudadano honesto que trabaja diariamente para construir un mejor país
PODEMOS no volver a votarlos y evidenciar quienes son.
PODEMOS rechazarlos socialmente. Evitar que entren a lugares públicos o salirnos cuando ingresen, mostrando nuestro desencanto y repudio.
PODEMOS dejar de darle espacio en medios de comunicación e ignorar cuando hacen excepto aquellas cuestiones en las que el abuso y la prepotencia esté presente.
PODEMOS decirle al liderazgo político honesto, que comenzará a surgir, que no cuente más con ellos, que ya fallaron y que no son objeto de mayor confianza.
PODEMOS llamarles sinvergüenzas a la cara, con total certeza de que no nos equivocamos.
PODEMOS retirarle su inmunidad que convierten miserablemente en impunidad, y juzgarlos como al resto de ciudadanos que delinquen.
PODEMOS recordarles todos los días que han traicionado la confianza que se depositó en ellos y que como funcionarios públicos -es decir, nuestros- pueden ser despedidos en cualquier momento.
PODEMOS tener menos miedo y enfrentar en un cara a cara a estos mentirosos.
PODEMOS dejar de considerarlos como si estuvieran por encima del bien y del mal y comenzar a tratarlos como lo que son: empleados públicos.
PODEMOS, en definitiva, construir un mejor país pero necesitamos querer hacerlo, enfrentar las oposiciones y tomar el destino en manos propias.
Ahora que surge ese movimiento de diputados desertores que pretende, al margen de la democracia, jugar a hacer su política de interés privado, es momento de decirles que “no”, que las formas cambiaron en el país y que el ciudadano honrado ya no quiere más demagogos políticos ni estafadores de ilusiones.
Es tiempo de tomar la responsabilidad del país en nuestras manos y de construir un futuro mejor alejado de las costumbres nefastas de antaño. Nosotros lo ciudadanos de este país si que PODEMOS.