Salvador Paiz
Ayer fue un día muy especial para muchos. Algunos tenemos la dicha de tener a
nuestras mamás todavía junto a nosotros, y las celebramos (no solo ayer, sino
todos los días) con mucho esmero y amor. También celebramos a las madres de
nuestros hijos, conmemorando todo el amor y sabiduría que transmiten de manera
incondicional. Así que hoy dedico este espacio para celebrar a todas las madres
que me acompañan todos los jueves.
Nadie va a negar que la mamá es pieza fundamental del hogar. Si la madre está ausente,
por alguna razón, las cosas no funcionan bien. Y es que las madres son muy importantes
en nuestra sociedad. Tienen en sus manos una tarea imprescindible para la humanidad:
nada más y nada menos que la gestación de una nueva vida. Aún y cuando la crianza de
los niños es una responsabilidad compartida entre ambos padres, no podemos negar el
especial rol de la madre. Esa crianza implica mucho más que solo proporcionarles
alimento, refugio y seguridad. También implica educarlos en valores y habilidades
sociales. Desde nuestros inicios como humanidad, las madres del mundo han jugado un
rol transcendental. ¿Por qué? Porque son ellas el primer contacto que tienen los niños.
Porque solo ellas pueden transmitir tanta entrega y cariño. Y, porque no hay amor como el
amor de una madre.
Pero este es un peso pesado de cargar. Especialmente porque hoy las circunstancias de
las madres son distintas, vivimos en mundo con madres trabajadoras. Contrario a como
se acostumbraba hace siglos, el sostén de un hogar ahora es una carga compartida entre
madre y padre, o incluso solo las madres cuando se tratan de familias disueltas. En
Guatemala, cerca de 4 millones de mujeres son madres. Gran parte de ellas son parte
activa de nuestra economía. Sin embargo, enfrentan retos de desigualdad y, en muchos
casos, su papel está subvalorado. La madre trabajadora aporta un sustento importante en
los hogares, y no solo en el lado emocional.
Estas mujeres, cuidando su rol de madre, deciden buscar una actividad económica que
les permita atender a su familia, cuidar de sus hijos y aportar a su hogar. Pero encontrar
un buen trabajo no es fácil. Muchas madres (en especial el grupo de madres solteras),
sufren cierta exclusión para optar por un puesto determinado. Según datos del INE, por
esa misma razón, las madres deciden emplearse a cuanta propia, muchas veces cayendo
en la informalidad. Pero la brecha en los ingresos entre mujeres solteras y madres es
grande. El INE reporta que los ingresos mensuales de una empleada soltera en una
empresa privada son 50 por ciento más que aquellos de una madre que ocupa un puesto
similar.
En fin, la maternidad se vive con una serie de importantes y abrumantes retos de todo
tipo. Es importante que reconozcamos que ser madre no es tarea fácil. Las madres
necesitan apoyo emocional, acompañamiento y compañerismo para enfrentar los desafíos
de su vida. En ese sentido, la salud mental y su resguardo es vital. Los primeros siete
días de mayo, se celebra la semana mundial de la salud mental materna, con el fin de
hacer conciencia sobre la salud mental de la mujer durante el embarazo, el parto, el
postparto y la crianza.
En el pasado, se acostumbraba a guardar silencio sobre estos temas por temores,
vergüenza o tabúes. Sin embargo, en los últimos años la discusión de estos temas ha
cobrado importancia. Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada cuatro de las
mujeres embarazadas experimentan algún tipo de problema psicológico durante la
gestación, mientras que 1 de cada 5 de las madres experimentan dificultades mentales durante el primer año de vida de sus hijos. Sin lugar a dudas, el criar es una tarea muy
reconfortante y enriquecedora para el corazón, pero no podemos descuidar la mente de
nuestras madres.
Recordemos que, durante su maternidad, la mujer puede experimentar diversos cambios
físicos y emocionales, incluyendo la recuperación de las heridas y cicatrices del parto, la
lactancia materna, la fatiga y el cansancio, las alteraciones hormonales y el ajuste
emocional a su nueva vida que implica ser madre. A eso se le suman las presiones
económicas y laborales.
Es importante que todos acompañemos a las madres en este camino. Toda mujer tiene
derecho a recibir atención médica y apoyo emocional durante este período tan crucial
para su vida y la vida de sus hijos. Si es nuestro caso, como padres de familia o
familiares, es importante que vivamos la corresponsabilidad de roles en el hogar. Ambos
padres (aunque estén separados) juegan un importante papel en la crianza y educación
de los hijos y deben estar presentes. Los dos comparten responsabilidades y cargas. Así
que, acompañémoslas en este trayecto tan emocionante y retador. Un abrazo, una
conversación, una sonrisa pueden llegar a ser muestras de cariño y acompañamiento que
fortalezcan estas madres.
Nuestro mundo necesita madres sanas y fortalecidas. Acompañemos a aquellas madres
que conozcamos en la importante tarea de criar, seamos un apoyo y seamos compasivos.
Tengamos muy presente que cada madre es diferente y que sus necesidades y
experiencias pueden variar. Abramos nuestro corazón ante estas increíbles mujeres.
Finalmente, con mucho cariño, a todas las madres que me leen en este espacio, espero
que hayan pasado un lindo día de la madre. ¡Felicidades!