20.9 C
Guatemala City
sábado, abril 26, 2025

La fauna política

[bsa_pro_ad_space id=5]

La clase política nacional hace, cada día más, política sin clase, sin elegancia, sin la mínima distinción que debería acompañar los actos públicos de autoridades que representan a la ciudadanía, al país. Lo mismo da que sea el “juvenil” e inexperto -aunque no en mañas- Giordano, que el locuaz Taracena o el bromista Presidente de la nación, aunque la panoplia es mucho más amplia.

Sobran en el país personas sensatas como para que tengamos que soportar las estupidez continua de quienes se han tomado su labor, por cierto delegada, como una representación en el que pueden delinquir, hacer sus negocios o practicar el arte de la pirueta verbal. De esa cuenta, y en muy poco tiempo, han concurrido deleznables actuaciones de los personajes mencionados.

El jovencito diputado utiliza tu teléfono y redes para humillar, junto con sus compañeros de bancada que poco se ha dicho de ello, a una gobernadora. Ya sabemos que el muchachito es una analfabeta político con chispa para modelar en política y servir de bulto en no importa que partido. Entró en esta ocasión de chiripa y lo único que ha sabido hacer, con suma habilidad y destreza, es desprestigiar a la clase política a la que pertenece. Una muestra de que la edad no es importante, la juventud (como el género) no lo arregla todo y que sinvergüenzas te puedes encontrar en cualquier lugar del país y no importa en qué momento y situación.

El veterano diputado, curtido en muchas batallas y fósil del Congreso, suele abrir la boca y meter la pata. La verborrea nunca ha sido una virtud mas allá del teatro improvisado o en vendedores de mercado y, en este caso, es un permanente defecto a señalarle. Abrió la boca y dejó entrever la corrupción en el Congreso pero ahí quedó el tema, no se ha hecho nada. Se enfrentó a su compañero de bancada para reprocharle las plazas fantasma que tenía, como si no lo supiese desde años, aunque antes lo había callado. Y nos debe la explicación de la casa que se compró en la Antigua y que aquel le echó en cara y cuestionó el origen del dinero. Mas un diálogo de prostíbulo que de hemiciclo y de barriobajeros que de representantes nacionales, pero así son las cosas.

El novato Presidente, sigue sin entender quien es y qué representa. Sus paradojas, ocurrencia y bromas comienza a competir con las estupideces de Trump y si fuéramos un país mas relevante ya habríamos ocupado alguna que otra portada en medios internacionales. La última picia, por New York, ha sido ofrecer mano de obra barata para constituir el muro fronterizo mexicano-norteamericano además de explicar, de forma “gráfica y simple”, que el problema de las drogas se asemeja a dos elefantes (grandes, eso si) que combaten y pisotean el pasto que representa a la ciudadanía ¿Imagina usted algo más bucólico y pastoril para explicar ese fenómeno de la lucha contra el narcotráfico? ¡De libro!


Hay lo que hay y, lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible, así que podemos quejarnos, pero no se si hay esperanza de cambio.


La política requiere un profunda reingeniería, en el fondo y en la forma. No es posible continuar siendo un país tercermundista y, encima, vanagloriarse de ello. Los representantes nacionales deben de estar preparados y saber qué es lo que deben de hacer, cuándo y cómo. Lo más lamentables es que el manual de instrucciones únicamente requiere estudio y sentido común y cuando se ve lo que se ve, se echa de menos ambas cosas, pero sobre todo la segunda: el sentido común ¿A qué podemos aspirar con esos representantes?, esa es la pregunta que hay que hacerse, antes de sacarlos y mandarlos a la escuela, si es que todavía tienen remedio.

Blog: www.miradorprensa.blogspot.com

 

[bsa_pro_ad_space id=5]

Suscríbete a Nuestro Boletín

¡No te pierdas las noticias más relevantes y contenido exclusivo! 📲

Últimas Noticias

[bsa_pro_ad_space id=11]

[bsa_pro_ad_space id=9]

Noticias Recomendadas

[bsa_pro_ad_space id=5]