Huelga en los puertos de EE.UU.

Este 1 de octubre la Asociación Internacional de Estibadores (ILA, en inglés) se ha declarado en huelga, afectando a todos los puertos de EE.UU. desde Maine a Texas.

Por Nicholas Virzi

Las negociaciones entre la ILA y la Alianza Marítima Estadunidense (USMX, en inglés) se habían estancado meses antes. USMX representa a las navieras y operadoras de terminales marítimos. Según CNN es completamente extranjera. La ILA dice que representa 85 mil miembros, que son nacionales. Los temas en disputa son el aumento salarial de 77% en 6 años y la mitigación de la automatización

No se sabe cuánto durará la huelga. USMX presentó caso por práctica laboral injusta ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB en inglés), alegando que ILA no está negociando de buena fe. La NLRB afirma que necesita entre 7-14 semanas para decidir sobre los méritos del caso.

La Associated Press reporta avances recientes podrían evitar una huelga prolongada. Se estima que esta huelga portuaria podría generar $5 millardos diarios de pérdidas económicas (USA Today), y una recuperación estimada de 3-5 días por cada día que dure la huelga (CNN). 

Es importante recalcar que una huelga prolongada en el Atlántico y el Golfo colapsaría los puertos del Pacífico. Los envíos desviados generarían:

  • amontonamiento de contenedores
  • escasez de chasis
  • congestión ferroviaria
  • mayores costos de transporte terrestre y aéreo

Hay indicios que la huelga fue calculada para tomar efecto en el momento que más favorecía a la ILA, en época de campaña electoral presidencial de cara a la época navideña. El presidente de la ILA, Harold Daggett, ha declarado que está dispuesto a paralizar la economía si la USMX no accede a sus demandas. 

«Esta gente hoy no sabe lo que es una huelga», dijo Harold Daggett. «Te paralizaré. Te paralizaré». (Reuters)

La huelga viene en el peor momento para el gobierno de Biden-Harris. La ILA es uno de los sindicatos más icónicos de EEUU, junto con los Teamsters. Este año, ambos no han endosado a la candidata presidencial Kamala Harris del partido Demócrata, el cual tradicionalmente puede contar con el apoyo de ambos importantes sindicatos.

En la recta final de la campaña, Harris persigue el voto de los trabajadores, especialmente los hombres blancos, que figuran prominentemente entre los miembros de la ILA y los Teamsters. De hecho, Harris escogió su candidato a vicepresidente, el gobernador Tim Walz de Minnesota, precisamente con la intención de atraer el voto del obrero blanco (NBC).

En este momento, la campaña electoral presidencial se concentra en los estados bisagra. Harris apunta a tener el peor desempeño entre sindicalistas de todos los candidatos Demócratas en las últimas décadas (según CNN). Además, la huelga portuaria afectaría directamente a 4 de los más importantes estados bisagra. Georgia, Carolina del Norte y Virginia tienen puertos marítimos en el Atlántico. Pensilvania, por su parte, es quizás el estado más clave de todos. Pensilvania goza de importantes puertos en Filadelfia, Pittsburgh y Erie, y se conecta al Atlántico por medio de ríos importantes y bahías. Por los que dudan que si Pensilvania se debe considerar un estado portuario, cabe mencionar que tanto los Marines como la Navy de EEUU nacieron en Filadelfia. 

Bajo la ley Taft-Hartley de 1948, el presidente Biden tiene el poder de bloquear la huelga y obligar a las partes seguir negociando, pero Biden ya declaró tajantemente que no lo hará. Eso ocasiona otro dilema para el gobierno de Biden-Harris y la campaña de Harris. Una huelga en todos los puertos marítimos de la costa Atlántica y del Golfo paralizaría el comercio internacional de EEUU, afectando también a los puertos del Pacífico, que colapsarían ante una repentina subida de la carga esperada. Los efectos de la huelga se transmitirían rápidamente a todo tipo de transporte, el ferroviario, camionero, y aéreo. Esto ocasionaría escasez de productos y un fuerte aumento de precios de todo tipo de bienes para una población ya tremendamente afectada por la inflación acumulada que se generó bajo el gobierno de Biden-Harris.

Por si esto fuera poco, una paralización de los puertos afectaría las operaciones de rescate y recuperación que se hicieron urgentemente necesarios por los catastróficos daños causados por el huracán Helene en la zona oriental de EEUU, desde Florida a Virginia, afectando particularmente a Carolina del Norte. 

A final de cuentas, la huelga podría ser corta o prolongada, pero se puede tomar lecciones del pasado.

La última huelga importante de estibadores ocurrió en California en 2015. El conflicto involucró negociaciones entre el Sindicato Internacional de Estibadores y Almacenes (ILWU) y la Asociación Marítima del Pacífico (PMA). Se resolvió tras varios meses, y solo con mediación federal. El acuerdo final abordó salarios, condiciones laborales, automatización portuaria y seguridad laboral. La paralización causó grandes interrupciones en los puertos de Long Beach y Los Ángeles, afectando las cadenas de suministro y el comercio internacional. 

Igual que ahora, la administración Obama enfrentó presión política para equilibrar los intereses laborales y el impacto económico. Mientras los estibadores reclamaban condiciones laborales, grupos empresariales exigían una solución rápida para evitar más interrupciones en la cadena de suministro. 

A final de cuentas, la intervención federal logró mitigar el conflicto y restaurar las operaciones portuarias. En esta ocasión, el gobierno de Biden-Harris ha fijado la postura de no intervención. Esto genera tremenda incertidumbre y riesgo que afecta negativamente a las perspectivas económicas de EEUU y el mundo.

El potencial impacto en países como Guatemala es tema de otro artículo.

 

 

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