En el contexto del comercio internacional, los retiros de productos y las alertas de mercado representan una de las mayores preocupaciones para fabricantes y exportadores. Estos procesos, que implican la retirada de un producto del mercado o la emisión de advertencias sobre su uso, pueden generar implicaciones negativas en la imagen y estabilidad de una compañía, así como la relación con los clientes. Comprender esta situación y anticiparse resulta necesario para garantizar no solamente las operaciones de la empresa, sino su crecimiento y evolución en el mercado.
Por María Inés Valle Balsells
(Analista de Admisibilidades y Normas Técnicas, AGEXPORT)
Una alerta de mercado (Market Alerts) surge por parte de los entes oficiales de determinado país para dar a conocer al público los riesgos potenciales relacionados con productos de consumo, permitiendo la concientización sin necesidad de retirarlos. Además, es factible implementar alertas específicas dirigidas a empresas o países con un historial de incumplimiento.
Estas se extienden al público a través de comunicados de prensa y sitios web oficiales, asegurando que la información sea accesible. Por su parte, los retiros de mercado son acciones correctivas cuando se considera peligroso o defectuoso un determinado producto, con el fin de proteger la salud del consumidor. Pueden iniciarse voluntariamente por el fabricante o como respuesta a reportes de consumidores o investigaciones de las agencias oficiales a cargo de estos temas.
Las alertas y los retiros de productos del mercado pueden suscitar por distintos factores, entre ellos incumplimiento en la aplicación de las normativas propias de cada país al que se exportan los bienes, etiquetado incorrecto, contaminación, escasa inocuidad e ingredientes prohibidos, todas ellas actividades que surgen desde el momento de la producción. De acuerdo con los datos del Recall Index de la firma Sedgwick en Europa se contabilizaron más de 3,500 retiros de productos en cinco sectores clave (automotriz, productos de consumo, alimentación y bebidas, farmacéuticos y sanitarios), todo esto por segundo trimestre consecutivo en el segundo trimestre del año 2024.
A pesar de que los retiros se consideran un problema, en paralelo demuestra que el fabricante o exportador cuenta con la capacidad de identificar y responder previo a que escalen y envían un mensaje: están priorizando la seguridad de los consumidores y cumplen con sus responsabilidades legales y éticas.
Un retiro bien ejecutado puede minimizar el impacto negativo, proteger la imagen de la marca y reducir el riesgo de sanciones o demandas legales. Por ejemplo, las empresas en sectores altamente reglamentados como los alimentos o los medicamentos, que implementan sistemas de monitoreo continuo pueden detectar problemas en etapas tempranas, limitando así el alcance del retiro.
Los retiros y alertas de mercado pueden ser desafiantes debido a las diferencias en los marcos normativos de los países de destino. Mercados como el de Estados Unidos, la Unión Europea, México y el Medio Oriente por brindar ciertos ejemplos, cuentan con normativas específicas que abarcan desde el registro de las instalaciones, los productos el etiquetado correcto y la Certificación Halal.
Un caso representativo es el de los productos agrícolas, mismos que figuran como una parte significativa de las exportaciones guatemaltecas. Una contaminación por bacterias como Salmonella o por residuos de plaguicidas podrían desencadenar una alerta de mercado, afectando no solo a un lote, sino también la imagen del país y del producto guatemalteco en general.
Es por eso por lo que resulta esencial que los exportadores se familiaricen y apliquen, previo al envío de sus productos, todos los requisitos específicos de cada mercado y adapten sus procesos para cumplir con ellos.
De tal forma que, para anticiparse a los retiros y alertas de mercado, es fundamental:
- Conocer las normativas del mercado destino, ya que cada país cuenta con requisitos únicos que deben ser entendidos y cumplidos con tiempo de antelación. Por ejemplo, la FDA requiere que las plantas productoras, empacadoras y almacenadoras de alimentos cuente con el Food Facility Registration – FFR y cumplan con las normativas de la ley de inocuidad alimentaria Food Safety Modernization Act – FSMA.
- Desarrollar y aplicar un sistema de trazabilidad para así identificar el origen y destino de un producto en caso ocurra un acontecimiento ligado al mismo. Esto facilita la localización rápida de lotes afectados y minimiza el impacto de un retiro.
- El personal involucrado en la producción y exportación debe estar capacitado en buenas prácticas de manufactura, control de calidad y manejo de incidentes. Esto asegura que cualquier problema sea detectado y abordado rápidamente. Es decir, crear una cultura preventiva, en vez de reactiva. Otro elemento que suma a este aspecto es la implementación de certificaciones internacionales de calidad como BRCGS, Global GAP o HACCP.
- Una práctica común dentro de las compañías es realizar auditorías internas y externas permite identificar áreas de mejora antes de que surjan problemas graves. Estas auditorías también pueden ayudar a cumplir con las certificaciones necesarias, como ISO 22000 para sistemas de gestión de la seguridad alimentaria.
- Y, por último, contar con asesoramiento y el apoyo de expertos en normativas internacionales, como las que brinda AGEXPORT. Esto puede generar la diferencia en la prevención de incidentes. Los servicios de análisis de etiquetado y cumplimiento normativo son esenciales para reducir riesgos previos a la actividad de exportación.
Para los productores y exportadores de Guatemala, conocer el contexto de lo que acontece a nivel internacional, mantener una constante capacitación y actualización y aplicar un programa continúo de mejoras les permitirá no solamente satisfacer con las expectativas de los importadores y compradores internacionales, sino también reforzar su compromiso frente a los entes oficiales de los países destino.