Por: Cristina Rozas-Botrán
El año pasado se reveló que la Capital Iberoamericana de la Cultura 2015 es nada más y nada menos que Guatemala. ¿Guatemala? Sí, nuestra Guatemala. A la mayoría los tomó por sorpresa, a otros nos llenó de orgullo, y otros simplemente ni enterados están. Tristemente, a gran parte de nuestro país no le interesa porque piensa que el arte simplemente no tiene lugar en un país en vías de desarrollo. ¿Cómo vamos a valoraralgo tan frívolo en un país tan caótico? Es precisamente por eso que tenemos que considerar lo bello, especialmente si es nuestro. Como país tenemos que parar de pensar en el arte en términos de costo y empezar a ver el verdadero significado.
Nuestro arte es nuestra cultura, simplemente hay qué verlo para creerlo.
Los guatemaltecos tenemos una cultura espléndida, desde la magia de Tikal hasta el encanto de La Antigua. Apreciamos y promovemos nuestro pasado y la belleza natural del país pero… ¿Y qué de nuestros logros artísticos? Cada gran cultura tiene sus representantes artísticos y sus obras maestras; los italianos tienen a Da Vinci y su Mona Lisa, los españolesa Goya y sus Majas. ¿Y nosotros? A Recinos y nuestra Guatemalita, por supuesto. Si los italianos y los españoles no hubieran apoyado a sus artistas, estas obras no estarían en el Museo del Louvre y el Museo del Prado, respectivamente. Nosotros tenemos que reconocer y apoyar lo nuestro, no esperar a que alguien más lo haga. Nuestro arte es nuestra cultura, simplemente hay qué verlo para creerlo.
Aparte del valor cultural que aporta el arte, el valor económico es incalculable. ¿Por qué van tantos turistas a Londres, Paris, y New York? Además de ser ciudades impresionantes tienen algo que otras ciudades no tienen; El Tate Modern, El Louvre, y el MoMa. El arte atrae turismo a nivel mundial, y los ingresos del turismo son esenciales para cualquier país. Mientras más riqueza cultural tengamos más gente atraemos, y mientras mas gente atraemos más riqueza tendremos. ¡El arte es indispensable para nuestro desarrollo como país!
En el arte no hay bueno y malo, y esto ha ayudado a varios a vencer el miedo al fracaso y aprender a estimarse a ellos mismos
También se ha comprobado que el arte, más que cualquier otra cosa, crea un efecto casi milagroso en niños y adultos con capacidades especiales. Yo misma he visto como a varios niños les ha cambiado la vida estar en clases de arte y poder expresarse de una manera diferente, ya que varios no se pueden manifestar de maneras convencionales. He visto como en el transcurso de un año, un joven autista pasó, de rechazar a todos los que lo rodeaban, a ser una persona que ahora tiene un grupo de amigos y una carrera como artista, simplemente porque alguien le dio un lienzo y un pincel. En el arte no hay bueno y malo, y esto ha ayudado a varios a vencer el miedo al fracaso y aprender a estimarse a ellos mismos. ¡Qué valor más grande que esto!
Pienso que una misma luz brilla mucho más fuerte en la obscuridad que a plena luz del día. El arte es nuestra luz, la reflexión más honesta y bella de lo que somos aún en momentos difíciles. Nos sensibiliza y como la educación expande la mente, el arte lo hace con el alma. Ahora nos toca encender esa luz para que el mundo la pueda distinguir.
